SALAMANCA – El obispo destaca “la calidad y el contenido del testimonio” de Santa Teresa de Jesús

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Durante la misa pontifical en honor a la patrona de la Diócesis de Salamanca, celebrada el 15 de octubre en Alba de Tormes, Mons. José Luis Retana habló del “camino hacia la libertad” interior y la profunda “amistad con Dios” de Santa Teresa, aspectos que la convierten en un “testigo cualificado” de la fe cristiana

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La iglesia de la Anunciación de Nuestra Señora, en Alba de Tormes, acogió este martes, 15 de octubre, la celebración solemne de la fiesta de Santa Teresa de Jesús, patrona de la Diócesis de Salamanca y de Alba. La misa pontifical que presidió a mediodía, el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, concelebrada por sacerdotes diocesanos y religiosos Carmelitas y Reparadores, congregó a numerosos fieles y autoridades civiles y militares llenando el templo donde se custodia el sepulcro de la santa y fundadora del Carmelo, para conmemorar su vida y legado.

Reportaje gráfico: Beatriz Briñón y Jorge Jiménez

Durante su homilía, el obispo destacó de Santa Teresa su autenticidad como mística,”que sólo habla de lo que conoce por experiencia. Ese es su sello, la base de su testimonio y el secreto de su actualidad”.   También recalcó que su “actualidad permanente” no reside únicamente en su estilo literario o su narrativa cautivadora, sino en “la calidad y contenido de su testimonio”, y en el realismo con el que penetró en el alma humana. “Esa hondura vital y existencial es la que hace de Teresa de Jesús un testigo cualificado”, aseveró.

 

Mons. José Luis Retana destacó el testimonio de Teresa como una mujer que recorrió un “camino gradual y dinámico hacia la libertad”, y que dio testimonio de sí misma, de lo que Dios había hecho en ella y a través de ella. Señaló que ese estado de equilibrio y serenidad de espíritu se forjó a lo largo de una vida marcada por muchas dificultades, como la muerte de su madre, las enfermedades que la acompañaron, y su lucha interna por ser “coherente a la llamada interior”. Citando a la propia santa, dijo: “Por una parte me llamaba Dios; por otra, yo seguía al mundo”, reflejando así el conflicto espiritual que Teresa vivió en su juventud.

Cuando la santa se vio libre de sí misma, “entendió el verdadero sentido de la amistad y de la gratitud”, potenciando su capacidad de relación “se hizo más amiga y abierta a todos y más sensible a la realidad social y eclesial”, como explicó el prelado.

Todas estas dificultades fueron enfrentadas por Santa Teresa en la oración, como recordó Mons José Luis Retana. Para la Santa, la oración era un trato de amistad con Dios, “poner toda la confianza en el amigo sin perder la propia autonomía e identidad, y la oración es el desarrollo de esa amistad con quien sabemos que nos ama hasta llegar a ser una sola cosa con él”.

Para finalizar, el obispo invitó a los fieles a seguir el ejemplo de Santa Teresa,”una mujer madura, equilibrada y armonizada en la práctica de la oración”, como la calificó, cuya vida fue una continua búsqueda de libertad interior y amistad con Dios. “Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de su amistad, de modo que haga de nosotros unas personas maduras y capaces de ser humildes testigos suyos”, concluyó.

A lo largo del día, se llevaron a cabo diversos actos religiosos en honor a la santa, incluyendo varias eucaristías, el rezo del santo rosario, una ofrenda floral en la plaza del Peregrino ante la imagen esculpida por Venancio Blanco. Así como la esperada procesión con la talla de Teresa de Jesús, que salió de la Iglesia de la Anunciación, acompañada de la reliquia de su santo brazo, que salió del interior del Monasterio de las Carmelitas Descalzas para recorrer las calles, a pesar de la amenaza de lluvia. El culto a la santa continuará con un novenario hasta el 22 de octubre, día en que se celebrará la fiesta de la octava, con rezo del rosario diario a las 19:30 horas, seguido de la eucaristía a las 20:00 horas.

 

 

 

 

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