El Padre José Manuel Méndez, SJ, ha sido el encargado de leer el Sermón de las Siete Palabras, cuyo escenario ha sido la SIB Catedral de Santander, donde un buen número de fieles han escuchado un sermón elegante, concreto y preciso, que pueden escuchar de nuevo en el siguiente enlace:
El Sermón de las Siete Palabras es una meditación cristiana que se lleva a cabo tradicionalmente durante el Viernes Santo, centrada en las siete últimas frases que Jesús pronunció en la cruz. Estas palabras no solo resumen el mensaje central del cristianismo, sino que, además, ofrecen una profunda reflexión espiritual sobre el sufrimiento, la redención, el perdón y la esperanza.
Las Siete Palabras son:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
“Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
“Mujer, ahí tienes a tu hijo (…) Ahí tienes a tu madre”.
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
“Tengo sed”.
“Todo está cumplido”.
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Cada una de estas expresiones tiene un profundo contenido teológico y humano. Por ejemplo, el perdón a los enemigos y la promesa de salvación al buen ladrón subrayan el amor incondicional de Jesús. La entrega de María como madre de todos los creyentes y el grito de abandono reflejan tanto su humanidad como su divinidad. Su sed física simboliza también la sed espiritual de amor del ser humano, mientras que la frase “Todo está cumplido” muestra la culminación del plan redentor. Finalmente, su entrega total a Dios cierra el ciclo de su misión.
El sermón es importante porque nos invita a acompañar a Jesús en su Pasión desde una perspectiva contemplativa y transformadora. A través de estas palabras, se actualiza el misterio del sacrificio de Cristo y se ofrece una oportunidad para renovar la fe y el compromiso con el amor, la misericordia y la esperanza cristianas.
El Padre Méndez ha explicado cada una de las siete expresiones de manera concreta, con ejemplos de nuestros días y relacionando, al tiempo, esas expresiones compasivas y amorosas de Cristo en la cruz con nuestras actitudes vitales. Asimismo, ha apelado a los oyentes a sentir y a compartir los sentimientos de Jesús y a comportarnos con el prójimo como Él lo hizo con nosotros.
Son estos días un periodo especial, de acompañamiento en la Pasión, en ese paso de Jesús al Padre, pero también días de reflexión en los que podemos invitar a preguntarnos a nosotros mismos: ¿Soy compasivo con los demás? ¿Sirvo al prójimo como Cristo nos sirvió a nosotros? Igualmente, podemos -debemos- atrevernos, mediante la oración durante ese acompañamiento, a abrirnos al Señor y a dejar que se haga en nosotros su voluntad. Es un buen momento; es el momento.
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