En la imagen De izda. a dcha., el padre Steven, Cristina San Emeterio y Macarena Camuñas junta con otras feligresas de la comunidad.
En esta ocasión nos acercamos a la Unidad Pastoral de Las Peñamelleras formada por 17 parroquias que han puesto en marcha diversas iniciativas para poder fomentar esta unión, entre ellas un grupo de formación que ha nacido recientemente y que se reunirá una vez al mes en Panes. De todos los destalles nos hablan el párroco Steven Rivas Betancur junto con dos feligresas Macarena Camuñas y Cristina San Emeterio.
D. Steven, ¿de dónde nace la idea de crear este grupo?
A lo largo de este año que llevo en la parroquia he tenido más confianza con los feligreses, hemos ido compartiendo la fe individualmente y de ahí hemos visto la necesidad que esto no quede entre el párroco y el feligreses, sino que tenía que ser entre todos: que la fe se vive en comunidad. Así nos hemos unido y hemos iniciado esta aventura es un poco locura porque a veces se piensa que en estos pueblos no haya nada, pero hay que tener esperanza e ilusión y vivir de la fuente que es Cristo. Por otro lado, queremos que la parroquia sea una casa un hogar y que tenga esa aire de familia y por eso hemos habilitado una salita, a partir de una donación de muebles que nos han hecho, para primeramente tener una charla sobre nuestra vida de fe, luego se comparte en grupos más pequeños y luego se pone en común entre todos.
¿Qué ha supuesto para vosotras, como feligresas de la unidad pastoral, la creación de este grupo?
Macarena: Yo he venido a vivir a Panes hace dos años y para mí esto supone sentirme del pueblo, unirme mucho a su gente y hacerlo desde lo que es más importante en mi vida, lo que me ha ayudado a vivir en muchos países, que ha sido mi fe porque al final te une mucho con todo el mundo. Este grupo nos ayuda también a salir un poco de uno mismo no estar tan pendiente de la problemáticas personales que podamos tener, sino estar más pendiente de los demás y de las necesidades de alrededor. Para mí es una oportunidad fantástica de conocer a la gente de aquí y unirme en lo más profundo que es la fe y las ganas de saber de Dios. La primera sesión ha sido muy ilusionante porque nos parecía que la convocatoria iba a ser para muy poca gente, pero aparecieron personas de todas las edades. Es un rato de pensar en cosas que nos parecen que son necesarias a diario porque estamos todos en la lista de la compra, la hipoteca…, pero luego son cosas que nos dan las alas.
Cristina: soy de Panes y después de años viviendo fuera he vuelto. Para mí esto es lo que se hacía antes en los pueblos de vestirse de domingo, no solo bella por fuera, sino por dentro. Gracias al padre Steven y a los demás la vida me ha cambiado y lo ha hecho con una alegría y una fortaleza que hace que me agarre a estas raíces y a las alas, que son el lema de esta formación, con muchas ansias de conocer y hacer comunidad. Durante mucho tiempo la parroquia fue el centro de los pueblos, no puedo hablar de los que años que estuve fuera, pero cuando he vuelto me he encontrado la parroquia un poco floja y los aires renovados que nos han traído ciertas personas ayudan a querer trabajar, formarte y ser parte importante de esta comunidad par vivir la fe como se debe y como no había sabido hasta hace poco.
Una unidad pastoral no solo a nivel práctico, sino de una auténtica comunidad.
Padre Steven: así es. A veces pongo el ejemplo de que nos desplazamos al pueblo mayor a la compra, a la farmacia… por qué no lo vamos a hacer para unirnos y compartir la fe. Es una vez al mes y es un pequeño esfuerzo que si nos organizamos bien podemos crear una comunidad de fe que no esa solo de domingo porque la fe se vive en toda nuestra vida: en el bar, en el supermercado, en la peluquería… traspasa toda nuestra historia. Pedimos oraciones para que esto no sea cosa nuestra, sino de Dios, que seamos sus instrumentos.
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