CATÓLICOS EN CANTABRIA – La esperanza y la alegría, de nuevo protagonistas en la peregrinación jubilar del arciprestazgo de Nª Sra. de Montesclaros

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Son ya nueve los arciprestazgos que han peregrinado hasta la SIB Catedral de Santander con motivo del Año Jubilar. En la mañana de este sábado lo ha hecho el de Nuestra Señora de Montesclaros, una zona desde la que se han trasladado cientos de fieles en cuyas miradas se ha podido observar la alegría y la motivación propias de una jornada especial, que han compartido en comunidad.

 

Nos acercábamos a las 12 del mediodía, cuando, puntualmente, ha dado comienzo la celebración en la parroquia del Santísimo Cristo, anexa a la Catedral. Desde allí, los fieles, junto a nuestro Obispo, D. Arturo, y a los sacerdotes de sus parroquias, se han trasladado caminando hasta el templo, donde han vivido la experiencia jubilar en su máxima expresión. Una Catedral repleta de personas llegadas desde las parroquias del arciprestazgo, que han escuchado en las palabras ofrecidas por D. Arturo en su homilía un breve análisis del Evangelio, además del agradecimiento del Obispo por su labor en favor de la Iglesia.

«Es muy importante para mí que estéis a gusto y no solamente por la comodidad del espacio, sino sobre todo por la comodidad del corazón». De esta forma comenzaba una homilía en la que nuestro Obispo ha destacado la importancia de la experiencia jubilar: «Somos peregrinos de esperanza, y un peregrino es un caminante. Nuestro corazón siempre tiene que estar en camino y buscando. Pero, ¿qué es lo que andamos buscando?»

Al hilo de la lectura del Evangelio (Mateo 6, 24-34), D. Arturo ha pedido a los presentes que no se agobien: «Ese agobio permanente, esos acechos del mundo para que estemos pendientes de tantas cosas que nos agobian, nos entristecen y nos generan sentimientos que no nos ayudan a vivir felizmente». Frente a esta situación, ha propuesto «confiar en la providencia. Dios es providente y previsor».

Ha recalcado que «Dios nos asiste permanentemente y vela por nosotros. Somos nosotros los que andamos despistados. Y dar pasos interiores claros de confianza y de acogida y de descansar en su providencia en sus brazos amorosos nos cuesta». En este sentido, ha propuesto como uno de los posibles frutos de este Jubileo que crezca día a día nuestra confianza en Dios. Ha aprovechado también para contestar a la pregunta planteada anteriormente a ese qué buscamos afirmando que la respuesta está en el Evangelio de hoy: «Buscad el Reino de Dios y su justicia y el resto se os dará por añadidura: la reconciliación, el perdón; la acogida, el bien común; ser sencillos, ser pobres; ser cercanos, el Reino de Dios es el afán de nuestra existencia».

Ha finalizado agradeciendo: «os agradezco de todo corazón vuestra presencia; sé que venís de lugares no tan cercanos y respondéis de esta forma tan generosa». Igualmente, les ha pedido que persistan en su labor: «No os desaniméis. Hay tarea por delante, el cansancio está presente, pero Dios está vivo, y, por tanto, más que los lamentos de lo que no tenemos, está la vida, la persona y su testimonio. No dejéis de buscar el Reino confiando en el Dios providente, creyendo en su amor y sembrando esperanza».

Sin duda, el ambiente respirado, como en cada peregrinación, ha sido realmente positivo. Jornadas de encuentro que invitan a compartir con tantos fieles diocesanos la alegría de vivir esta experiencia, de poder ser parte de algo tan grande como es la Iglesia, pero, sobre todo, de saber que Él no nos abandona nunca en esta labor de construcción del Reino.

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