La ciudad de Ávila se ha vestido este domingo de solemnidad para celebrar con fervor la fiesta del Corpus Christi, uno de los días más destacados del calendario litúrgico. Aunque el cielo amanecía encapotado y las previsiones apuntaban a una posible lluvia, finalmente el sol se impuso con fuerza y convirtió la jornada en un día de calor sofocante, totalmente veraniego, que no impidió la participación masiva de los fieles.
Más de mil personas abarrotaban la Catedral del Salvador para asistir a la Eucaristía, presidida por el obispo de Ávila, Mons. Jesús Rico García. Concelebraban con él el arzobispo emérito de Valladolid, el Cardenal Ricardo Blázquez, y el obispo emérito de Ávila, Mons. Jesús García Burillo, además de numerosos sacerdotes diocesanos. Una celebración especialmente emotiva por la presencia numerosa de niños que este año han recibido su Primera Comunión, acompañados por sus familias.
La homilía del obispo centró el corazón de la celebración, con una profunda y directa catequesis sobre el misterio de la Eucaristía y su implicación en la vida cristiana. Mons. Rico recordaba asimismo que, con esta solemnidad, no sólo conmemoramos la presencia real de Cristo en el sacramento, sino también el Día de la Caridad, en el que “nos sentimos todos llamados a la cena del Señor, a compartir el pan y el vino, el cuerpo y la sangre de Jesús”.
Inspirado por el Evangelio del día, el obispo destacó la enseñanza de Jesús a sus discípulos: “Dadles vosotros de comer”. Y subrayó con claridad: “El compartir es la marca característica de la comunidad cristiana. (…) Compartir lo que tenemos es construir el Reino.”
A lo largo de su predicación, el obispo destacó que “la Eucaristía es el sacramento del Dios que no nos abandona”, recordando que Cristo “se ha hecho el mismo camino y ha venido a caminar juntamente con nosotros a fin de que nuestra libertad tenga criterio para discernir la senda correcta y recorrerla”.
Inspirado en el Evangelio proclamado —la multiplicación de los panes y los peces—, Mons. Jesús Rico hizo hincapié en la dimensión comunitaria y caritativa del misterio eucarístico. “La invitación es clara: dadles vosotros de comer. (…) Compartir lo que tenemos es construir el Reino”, aseguró, afirmando que el compartir “es la marca característica de la comunidad cristiana”.
No faltaron referencias al mundo actual, marcado por el individualismo, la violencia y la lógica del poder. Frente a ello, el obispo propuso la Eucaristía como el alimento indispensable que sostiene la vida del creyente en medio del desierto del mundo: “El mismo [Jesús] es el pan de vida, un pan que nos conforta en nuestro abatimiento y desconsuelo, un pan que nos da fuerzas para levantarnos de nuestras caídas y reanudar el camino”.
Uno de los momentos más intensos de la homilía fue la invitación a redescubrir la adoración eucarística como acto de libertad y fe auténtica: “Arrodillarse ante la Eucaristía es una profesión de libertad. Quien se inclina ante Jesús no puede ni debe postrarse ante ningún poder terreno”. En palabras que resonaron con fuerza en la Catedral, recordó que “adorar el cuerpo de Cristo quiere decir creer que allí, en ese pedazo de pan, se encuentra realmente Cristo, el cual va a dar verdadero sentido a la vida”.
El obispo concluyó su reflexión con una llamada clara a la coherencia de vida: “Pidámosle al Señor que no llevemos una doble vida, que no neguemos en nuestro vivir diario lo que hemos celebrado en el altar”. Porque el Corpus Christi —insistió— no es solo una fiesta litúrgica, sino “un día para el encuentro con los hermanos” y para “compartir el gozo de tener cerca a Cristo”.
Finalizada la Misa, la procesión del Santísimo recorrió las calles del centro histórico de Ávila, en un ambiente de recogimiento, adoración y calor humano y físico. El pueblo creyente se postró ante Aquel que, hecho Pan, quiso salir al encuentro de todos, como cada año, desde el corazón de la Iglesia hacia el corazón del mundo. Dos momentos de adoración pública, y el paso por cuatro altares para honrar el paso del Cuerpo de Cristo fueron los momentos más destacados de una procesión que concluyó con la bendición que impartió Mons. Rico con el Santísimo en la plaza de la Catedral.
Como señaló nuestro obispo al final de la homilía, «que esta celebración sea para nosotros un motivo para renovar nuestra fe en el Señor y alimentarnos de Él y de Su Evangelio, para que podamos ser con Jesús pan partido para la vida del mundo”.
Fotos: Gonzalo G. de Vega
La entrada Corpus Christi: la ciudad se postra ante el Amor de los amores se publicó primero en Diócesis de Ávila.
————————————————————————————————————————————————————————————
El anterior contenido fue publicado en: