CATÓLICOS EN SALAMANCA – La Iglesia italiana alza la voz contra el “suicidio asistido” de las zonas rurales

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En una carta abierta al Gobierno y al Parlamento, 140 obispos italianos alertan de que las áreas más frágiles del país están condenadas al abandono y reclaman un cambio de rumbo y un compromiso común para sostener la vida en los pueblos. La Diócesis de Salamanca se hace eco de este mensaje porque refleja también los desafíos de nuestras comunidades rurales

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

El pasado 26 de agosto, se publicó en el portal oficial de la Conferencia Episcopal Italiana (https://www.chiesacattolica.it/) una Carta abierta al Gobierno y al Parlamento, suscrita inicialmente por 139 cardenales, arzobispos, obispos y abades, al término del Congreso anual de los prelados de las áreas internas. El documento, abierto a nuevas adhesiones, será entregado al Intergrupo Parlamentario “Desarrollo Sur, Islas y Áreas Frágiles”.

La Vicaría general de la Diócesis de Salamanca ha querido trasladar a la comunidad diocesana este mensaje de los prelados italianos, pues la situación que describen –despoblación, envejecimiento y debilitamiento del tejido comunitario rural-, “resuena también en las comunidades rurales de Castilla y León, y de manera particular en Salamanca”.

Situación alarmante

La carta nace como respuesta a la divulgación del Plan Estratégico Nacional de las Áreas Internas, que actualiza la estrategia prioritaria del Gobierno para las zonas más desfavorecidas del país, lo que se conoce como la ‘Italia vaciada’. Los obispos advierten de que el plan “vuelve a presentar una situación alarmante, especialmente debido al declive demográfico y la despoblación, considerados esencialmente una catástrofe definitiva”. En palabras de los expertos citados por el propio documento, “la población solo puede crecer en unas pocas grandes ciudades y en lugares específicos y especialmente atractivos”.

El texto destaca que muchos de los objetivos planteados “para la gran mayoría de las zonas del interior parecen inalcanzables” debido a la falta de atractivo para las nuevas generaciones y de condiciones favorables para la crianza de los hijos. Numerosos indicadores procedentes de los datos estadísticos oficiales de Italia llevan a prever un futuro “definitivamente sellado” para estas áreas, hasta el punto de que el Objetivo 4 de la Estrategia Nacional se titula: “Acompañamiento en el camino hacia la despoblación irreversible”. Para los obispos esta formulación constituye en la práctica una invitación a colaborar en un “suicidio asistido” de estos territorios al describir una estructura demográfica “ya comprometida, con bajas perspectivas de desarrollo económico y escasas condiciones de atractivo”. Los prelados advierten que estas zonas “no pueden fijarse el objetivo de revertir la tendencia, pero tampoco pueden abandonarse a su suerte”, lo que se asemeja “a un apoyo para una muerte feliz”.

Riesgo de abandono

Los obispos señalan que, a lo largo de los años, “los documentos y decretos gubernamentales y regionales se han visto envueltos en una maraña de legislación en gran medida inaplicada”, que a menudo consolida “la distribución de fondos según lógicas políticas y electorales”, enfrentando a pequeñas entidades y presentando “intervenciones estacionales como proyectos estructurales”.

Advierten también de que sobre estas zonas pesa con frecuencia una mirada “meramente electoralista”, que no afronta sus verdaderas necesidades ni ofrece un horizonte de futuro estable. Considerar estos territorios únicamente con la lógica de acompañar su declive sería, afirman, “una grave miopía política y un agravio para toda la nación”, pues “un territorio desprotegido por el hombre está sometido a una mayor presión de las fuerzas de la naturaleza, con el riesgo, nada hipotético, de fomentar nuevos y cada vez mayores desastres ambientales, por no mencionar el riesgo de perder parte de ese inmenso patrimonio artístico y arquitectónico que hace de Italia un museo al aire libre”.

Propuestas de futuro

Frente a este panorama, los prelados solicitan que se explore “con realismo y sentido del bien común cualquier posibilidad de revertir la narrativa actual de las áreas internas” e instan a las fuerzas políticas y a los actores sociales a apoyar las buenas prácticas y recursos ya presentes, “utilizados ya no para enfatizar las diferencias, sino para cerrar la brecha entre las diversas realidades del país”. Asimismo, reclaman el inicio de un “proceso plural y compartido” en el que los distintos protagonistas contribuyan a fomentar la participación y el debate, generando así una “repoblación de ideas incluso antes de una demográfica”.

Los obispos consideran también necesario “revolucionar la definición de áreas interiores pasando de una visión exclusivamente cuantitativa del espacio y el tiempo —en la que el concepto de distancia centro-periferia aún crea subordinación— a una narrativa que permita el surgimiento de una visión cualitativa de las historias, la cultura y la vida de ciertos lugares”. Sostienen que es necesario promover experiencias de regeneración coherentes con la identidad local y capaces de revitalizar la cohesión social.

Entre las medidas que enumeran figuran: “un contraéxodo con incentivos económicos y recortes de impuestos”, soluciones de teletrabajo y coworking, el impulso de la innovación agrícola, el desarrollo de un turismo sostenible, la valorización de los activos culturales y paisajísticos, la puesta en marcha de planes específicos de transporte, la revitalización de pueblos abandonados, proyectos de covivienda, la ampliación de la banda ancha y el acceso a servicios de salud comunitarios y telemedicina. “En estos lugares donde la vida corre el riesgo de terminar, esta puede, en cambio, adquirir una mayor calidad”, afirman en su carta.

El papel de la Iglesia

En medio de este escenario, los obispos recuerdan que “la comunidad eclesial sigue siendo una de las pocas entidades que aún está presente de forma generalizada en todo el país”. Destacan que desde 2019 se han venido levantando voces sobre la situación de las áreas internas y que, desde 2021, los obispos de todas las regiones italianas se reúnen anualmente en Benevento para dar continuidad a esta reflexión y esbozar orientaciones pastorales.

Además, resaltan la acción de Cáritas Italia, que ha puesto en marcha un programa nacional de coordinación, a petición de las Cáritas diocesanas, con el objetivo de apoyar a las comunidades locales en el desarrollo de proyectos que promuevan la cohesión social y hagan posible que los jóvenes puedan elegir quedarse en sus pueblos y construir allí su futuro. Entre las iniciativas, sostenidas gracias a la aportación de los contribuyentes a la Iglesia católica, se encuentran la activación de una red de enfermeros y operadores sociosanitarios de la comunidad, la puesta en marcha de servicios de taxi social y la valorización de los recursos existentes para favorecer el empleo y el emprendimiento.

Los obispos concluyen su carta expresando el deseo de que sus reflexiones, “fruto de la experiencia de campo, que ofrecemos con un espíritu de serena colaboración”, sean tomadas en cuenta por el Gobierno y el Parlamento. Además, se declaran dispuestos a “presentar nuestras ideas en un diálogo sereno y constructivo, si se considera oportuno”.

 

El texto original de la Carta abierta de los obispos italianos al Gobierno y al Parlamento, en italiano, está disponible en este enlace: https://www.chiesacattolica.it/aree-interne-lettera-aperta-al-governo-e-al-parlamento/

 

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