José Antonio Ardanza, ex presidente del gobierno vasco, relata en sus memorias la tensa relación con Jordi Pujol, presidente de la Generalitat catalana, en los años 80. Pujol insinuó que la existencia de ETA beneficiaba al nacionalismo vasco, lo que provocó el descontento de Ardanza, quien refutó la idea de que la violencia ayudara a la política.
————————————————————————————————————————————————————————————
El anterior contenido fue publicado en: