Los estudiantes universitarios son jóvenes implicados con la sociedad, responsables y activos. Así lo hemos podido comprobar durante el último mes en la diócesis de Valencia, con la movilización de miles de estudiantes como voluntarios, para colaborar en las labores de ayuda tras las consecuencias de la devastadora DANA que asoló numerosas localidades valencianas.
Y así lo afirma también el sacerdote Vicente Ferrer, delegado episcopal de la Pastoral Universitaria de la diócesis de Valencia, que incluye a las universidades públicas y privadas del territorio diocesano.
“El estudiante universitario se ha movilizado muchísimo tras las inundaciones. Desde la pastoral universitaria se organizaron autobuses, coordinados a través de la Universidad Católica de Valencia, con la participación de estudiantes de la Universidad Politécnica, la Universidad de Valencia y todas las universidades valencianas”.
“A las ocho de la mañana los convocábamos a todos en la iglesia de Santa Úrsula, donde celebrábamos una oración de envío y a continuación acudían en autobús por grupos, para ayudar en labores concretas”, a través de la coordinación con los párrocos y los ayuntamientos de las zonas afectadas. “Los sacerdotes nos trasladaban las necesidades que iban surgiendo, en diferentes familias, en centros escolares o establecimientos, y según el volumen de la ayuda necesaria se distribuían los grupos de estudiantes, que permanecían en las zonas afectadas hasta las cuatro de la tarde, cuando regresaban de nuevo en autobús a Valencia”.
“La experiencia ha sido magnífica, porque hemos visto que nuestros jóvenes no responden a ese perfil de joven apático que muchas veces nos traslada la sociedad. Al revés, se ha demostrado que han sacado lo mejor que llevan dentro. Ha sido una alegría ver cómo manifiestan esa atención a los demás, el estar pendiente de lo que puedan necesitar, o que no les haya importado mancharse de barro, ni soportar los olores propios de las inundaciones”.
Del voluntariado del barro al voluntariado del acompañamiento
Un mes después de las inundaciones, las labores de voluntariado van virando en cuanto a las necesidades y urgencias de las zonas afectadas. “Ahora viene otra clase de voluntariado que ya no es el de quitar barro, sino el del acompañamiento”.
Actualmente los jóvenes continúan colaborando los fines de semana, atendiendo necesidades “centradas sobre todo en la visita a personas que se encuentran solas, porque una vez terminadas las labores urgentes de limpieza, a partir de ahora es cuando viene lo duro”. A través del contacto con lo párrocos “los jóvenes acuden a ofrecer acompañamiento y ayuda en determinadas tareas y necesidades, incluso en ocasiones, simplemente conversación, sobre todo a personas mayores”.
Desde la pastoral universitaria también se está coordinando la colaboración con la Fundación Colegios Diocesanos, que trabaja en la recopilación de material escolar y mobiliario para los centros escolares afectados. Los jóvenes colaboran en el montaje y recuperación de las aulas y en la distribución del material que se va recaudando.
Igualmente, desde las facultades de Derecho se han puesto a disposición juristas para visitar a las personas que tienen dificultades con la tramitación de ayudas y subvenciones, así como más de 30 profesionales de las facultades de Psicología, que están atendiendo a las personas afectadas. “Las necesidades van cambiando y como Iglesia, tenemos que estar presente”.
Adoración eucarística por la DANA
Desde la Pastoral Universitaria se están organizando semanalmente encuentros de oración por las víctimas de la DANA. El claustro de la Facultad de Teología, en la calle Trinitarios 3 de Valencia, reúne a jóvenes en torno a la Adoración del Santísimo, en una celebración acompañada por cantos. Las primeras sesiones contaron con la participación de Hakuna, el músico Rei Ortolá y el grupo de jóvenes Effeta. El próximo jueves 12 de diciembre, a las 20.30 horas el encuentro estará acompañado por los cantos del grupo musical Kénosis.
“En el ámbito universitario tenemos jóvenes cristianos muy buenos, que dan testimonio a los demás y hacen su propio apostolado, en ocasiones sin darse cuenta. Hay alumnos que se acercan y te dicen que admiran a algún compañero en concreto, por cómo piensa, porque siempre sonríe…y cuando escarbas un poco en quién es, te das cuenta que es un joven que viven su fe con alegría y que la transmiten a los demás”. “Ahí nos damos cuenta que lo jóvenes tienen mucha sed de encontrarse con el Señor y que buscan reforzar su fe para poder dotar a su vida de mayor sentido”.
La pastoral también organiza cada año retiros con motivo de los tiempos litúrgicos de Adviento y Cuaresma. El pasado fin de semana, primer domingo de Adviento, la parroquia universitaria San José, ubicada en la calle Cirilo Amorós, 67, encendió la primera vela de su corona, realizada con palas, escobas y botas embarradas, en recuerdo de las víctimas y damnificados de la DANA.
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