CATÓLICOS EN MADRID – Secuestrado por el amor a DiosSin Autor

Comparte

Les voy a contar mi historia, una vida marcada por el terrible secuestró y posterior asesinato a manos de ETA . Mi abuelo era Javier Ybarra, alcalde de Bilbao, Presidente de la Diputación de Vizcaya.

También llevaba el reformatorio de Amurrio donde los niños que no tenían posibilidad económica de estudiar iban a ahí. Este reformatorio estaba llevado por los Padres Claretianos que además de estudios les daban formación cristiana.

Este secuestro y asesinato de mi abuelo sumado a varias circunstancias personales malas hicieron que me enfadara con Dios y que haya estado más de 20 años sin pisar una iglesia, sólo pisé una el día que me casé y porque me lo pidió mi mujer.

Pensaba que la vida era un conjunto de tormentas en el mar sólo con alguna claridad. Pensaba que yo sólo era capaz de superarlas. Personalmente en mi mente estaba la idea de que era peor que los demás, que no tenía ninguna cualidad reseñable. No era capaz de entender el motivo de mi existencia.

En el colegio era un pringado dentro de ese pensamiento que nos han metido en la cabeza que sólo los más fuertes, los más capaces, los más deportistas, lo más guapos triunfan en esta vida. Y eso a mí me hacía daño.

Yo nunca he tenido esas cualidades sino que he sido mas bien gordito. Eso me atormentó muchos años de mi vida. Incluso he recibido insultos en las redes sociales llamándome canoso, gordo y más lindezas. Eso me hacía daño, me provocaba mas inseguridad en mí de la que ya venía de serie.

Mi meta era lograr ser todas esas cualidades que yo no tenía. Me teñí el pelo y me puse en forma. Esto no quiere decir que cuidarse sea malo, pero nunca una obsesión o algo que te provoque daño a ti mismo.

Hasta que después de mi vuelta al cristianismo, el día de la Virgen de La Bien Aparecida en Cantabria sucedió algo que humanamente no soy capaz de explicar pero que cambió mi vida.  Fui ahí a esa iglesia obligado por un compromiso de llevar a mi suegra, sin ninguna gana, sólo pensando como buen vasco que iría a comer a un sitio que me gusta mucho y poco más.

Ese era el día que la Virgen María había elegido para llevarme de nuevo a casa. Cosa que no entiendo porque hay gente que puede aportar mucho más que yo pero ella me eligió a mí. Ahí se demuestra el amor tan grande del amor de nuestra Madre María por todos nosotros.

Gracias Madre por elegirme, perdonarme y ser tan buena conmigo. Tu has cambiado mi vida, mi visión sobre ella y me has llevado a Jesucristo.

¿Cómo ha cambiado mi vida? ¿Esto quiere decir que todo lo que me ocurre aquí es de color rosa?

No, sigo siendo un ser humano. Mi vida es una vida de tormentas con alguna claridad. Lo que ha cambiado es mi visión y mi manera de afrontar la vida. Me he dado cuenta de cuál es la meta final de este camino de espinas. He entendido el valor supremo de esta vida que es amar hasta la muerte aunque algunos te hagan daño, como sólo lo hizo el hijo del hombre.

He valorado el perdón como algo que es fundamental en mi vida.  El odio y el rencor no conduce a nada más que a la infelicidad. Cuando sueltas este cabo pesado y incómodo te sientes más libre.

Yo aquel día de mi vuelta al cristianismo volví a nacer. Aquel día descubrí que las alegrías de aquí son efímeras. Si ganaba mi equipo, el Real Madrid la Champions me alegraba un rato pero después volvía a mi vacío.

Si el partido político al que yo votaba ganaba las elecciones me alegraba pero sólo hasta que volvía a mi vida de siempre donde el sentido no lo encontraba.

Mi redención es algo concreto y real.

Ha habido muchos días que he ido a rezar a la Virgen de Umbe roto por circunstancias humanas, sin ganas, pero sabiendo que María la Virgen está ahí siempre y he salido de ahí con una alegría que no entiendo.

Seguir el camino de Cristo es llevar la cruces que nos tocan en esta vida sabiendo que Él nos ayuda a llevarla. Aunque sólo sea por comodidad, ésta se lleva mejor entre dos que entre uno. Yo la comparto con Jesús porque me gusta su compañía, Él da sentido a mi paso en esta vida.

Entiendo que para llegar al cielo hay que purgar por nuestros pecados y, de verdad, que prefiero que sea aquí que en el Purgatorio. Prefiero, si se puede, ir de una vez al cielo que esperar. Sé que mi alma tiene que llegar pura.

Acepta el dolor. Eso tienes que hacer y así te salvarás. Luego ven a mí que yo cargaré también con tu cruz y entonces rezaremos y marcharemos juntos.

Sé que no es fácil. Sé y lo he vivido en primera persona que no es fácil. La vida no es fácil. Pero la vida con Dios es más sencilla, tiene sentido y sabes que esto es un valle de lagrimas para llegar a la felicidad del cielo.

Eso quiere decir que no disfrutes en este mundo? No, Dios quieres que seamos felices en esta tierra. Somos nosotros los que nos complicamos.
Yo deseo ser un hombre con cita en la eternidad que va tejiendo y recorriendo ya aquí en la tierra en compañía de Dios.

Dejemos entrar a Dios en nuestro corazón.

Cuando sufro, que son muchas veces y agradecido que estoy, pienso que este dolor me acerca a la intimidad con nuestro Señor. Me siento aunque duela un privilegiado de Dios cuando sufro.

Como la Virgen María respondió al ángel del Señor: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra «.

Como nuestro Señor Jesucristo hablaba al Padre, en su oración previa a su martirio en la cruz: «Padre aparta de mi este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya «. Esas dos frases desde mi vuelta son la base de mi vida.

Dios mío entro en tus iglesias y veo ahí el amor desconocido por el que se ama y se respira, donde mi soledad, gracias a Ti, se convierte en compañía. Este universo material por muy bonito, por muy insistente que sea no deja de ser un valor incierto .

Mi paso en esta vida consiste en conseguir llegar a la otra vida y reunirme ahí para toda la eternidad con mi abuelo y demás seres queridos en presencia de Dios.

Me haría mucha ilusión dar un abrazo a mi querida Virgen María.

Espero haber conseguido expresar con letras en este artículo el gozo que siento por haber vuelto a la compañía del Padre, ayudado siempre por mi amada Virgen María y nuestro Señor Jesús con la intervención del Espíritu Santo.

Javier Igartua Ybarra

La entrada Secuestrado por el amor a Dios<br/><span class=”autorcontitulo”><span class=”sinautor”>Sin Autor</span></span> se publicó primero en Jóvenes Católicos.

————————————————————————————————————————————————————————————

El anterior contenido fue publicado en:

Leer más