Cuando España ha incrementado los aranceles en su historia reciente, estas decisiones han tenido varias consecuencias en la política internacional, principalmente en términos de relaciones comerciales y diplomacia. A continuación se explican algunos de los efectos más destacados:
1. Tensiones comerciales y diplomáticas
En ocasiones, la subida de aranceles ha generado tensiones diplomáticas, especialmente con países que se vieron directamente afectados por esas medidas. Por ejemplo, durante el período autárquico de la posguerra (1940-1959), el régimen franquista impuso aranceles muy elevados a las importaciones para proteger la industria nacional. Esto generó tensiones con países como Estados Unidos y Gran Bretaña, que presionaban a España para abrir su economía. Estas tensiones se suavizaron con el Plan de Estabilización de 1959, cuando España comenzó a reducir los aranceles para atraer inversión extranjera y mejorar las relaciones comerciales.
2. Efecto sobre las negociaciones comerciales internacionales
El aumento de aranceles a menudo ha obligado a España a entrar en negociaciones comerciales bilaterales o multilaterales para evitar represalias comerciales de otros países. Un ejemplo clave es el proceso de negociación que condujo a la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986. Previo a su adhesión, España había mantenido aranceles relativamente altos sobre productos agrícolas e industriales, lo que fue un punto de conflicto durante las negociaciones de adhesión. En las décadas anteriores, los aranceles elevados complicaron el acceso de productos españoles al mercado europeo, lo que incentivó a España a bajar barreras en la búsqueda de un mejor acceso comercial【9†source】.
3. Impacto en la Unión Europea
En la actualidad, dado que las políticas arancelarias de España están bajo el marco de la Unión Europea (UE), cualquier cambio en los aranceles afecta directamente las relaciones entre la UE y terceros países. Por ejemplo, cuando la UE decide imponer aranceles en respuesta a prácticas desleales de comercio, como los aranceles antidumping, España, como miembro de la UE, es parte de esa política común. Esto se vio reflejado en las tensiones con los Estados Unidos durante las disputas por los aranceles al acero y aluminio en 2018, en las que España apoyó la respuesta arancelaria de la UE a productos estadounidenses【9†source】.
4. Protección de industrias nacionales y represalias comerciales
En algunos casos, cuando España (y la UE en conjunto) ha elevado aranceles para proteger industrias locales, ha enfrentado represalias comerciales. Por ejemplo, cuando la UE, bajo influencia de varios estados miembros como España, impuso aranceles a productos agrícolas estadounidenses en respuesta a los subsidios al sector aeronáutico de Boeing, EE.UU. respondió con aranceles a productos europeos como el aceite de oliva y el vino. Esto afectó directamente a la economía española, generando pérdidas millonarias para los productores【9†source】.
En resumen, cuando España ha aumentado los aranceles, ha enfrentado consecuencias diplomáticas y económicas que han variado desde la necesidad de renegociar acuerdos comerciales hasta recibir represalias de sus socios comerciales. Estas medidas han influido directamente en la política exterior, obligando al país a ajustar sus estrategias comerciales y diplomáticas.
ALGUNAS CONCLUSIONES.
- Europa le hace más mal que bien a España.
- Los aranceles bajos a España le hacen mal. Hay que ir avanzando.