La Virgen de Candelaria, patrona de las islas Canarias, entre los días 11 y 24 de octubre, se encontrará en la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife. La razón de esta peregrinación se debe a un decreto del obispo Felipe Fernández en 2001 por el que ‘la Morenita’ se traslada cada siete años, de forma alternativa, a Santa Cruz y a La Laguna y este 2025 coincidiendo con el Jubileo de la Iglesia universal.
El sábado 11, a las 7 de la mañana, tras su salida de basílica de Candelaria, ha recorrido varios barrios de la isla como Barranco Hondo, Radazul Alto, El Humilladero, hasta su llegada a la capital y en todo momento acompañada por unas 100.000 personas.
También ha realizado una extensa parada en el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, donde la Virgen fue recibida por el personal sanitario y pacientes. Sobre las 19 horas, se esperaba que la peregrinación pasara frente al Palacio de Capitanía de la capital tinerfeña. Allí, la esperaban con gran fervor parte de la comunidad castrense, como personal del Ejército de Tierra y Guardia Civil junto a sus familias, Asociaciones Castrense, como las Señoras de Santa Bárbara, los niños y sus padres que cursan la catequesis, y un largo etc, todos ellos, reunidos como una gran familia, para rendirle a la Virgen un emotivo homenaje. Los generales del Ejército de Tierra y de la Guardia Civil, acompañados de los páter de la plaza de Tenerife, Don Ramón García Guardado y Don Marcos J. Albertos y la multitud de sacerdotes presentes, saludaron al Obispo de la diócesis de San Cristóbal de La Laguna, Monseñor Don Eloy Santiago.
Tras los saludos, los páter rezaron una oración por la Virgen y la Banda de Guerra Nº2 de la Brigada “Canarias” XVI interpretó una pieza musical. Como colofón, todos los presentes rezaron un Ave María y se lanzaron pétalos de rosas desde los balcones del Palacio, dando así por finalizado este emotivo acto.
La Virgen de Candelaria continuó su peregrinación hacia la Parroquia de Nuestra Señora de La Concepción, donde permanecerá dos semanas y, todos los días se oficiarán tres misas, reservadas para diferentes instituciones. Además del trasfondo histórico y espiritual, estos actos responden a un deseo de acercar la patrona del archipiélago al pueblo, fortaleciendo la fe colectiva, la comunión social y la visibilidad del simbolismo religioso.
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