¿Qué es un Jubileo?
La palabra «Jubileo» deriva del instrumento yobel, creado a partir de un cuerno de carnero, utilizado para anunciar el Día de la Expiación entre los judíos, el Yom Kippur. Tal y como se cita en la página web oficial del Jubileo, en la Biblia hay un primer acercamiento a lo que debe de ser un «Jubileo»: Debía ser convocado cada 50 años, porque era el año extra (cfr. Lv 25,8‑13)». Aunque era difícil de realizar, se proponía como la ocasión para restablecer la correcta relación con Dios, con las personas y con la creación, y conllevaba el perdón de las deudas, la restitución de terrenos enajenados y el descanso de la tierra.
El primer Papa que convocó un Jubileo o «Año Santo» fue Bonifacio VIII, en el año 1300. Al principio la frecuencia era cada 100 años y con el tiempo se fue reduciendo. En 1343 se redujo a 50 años, por Clemente VI y en 1470, a 25, gracias al Papa Pablo II. Además, también se pueden convocar Jubileos «extraordinarios», como sucedió en el año 1933, cuando Pío XI quiso conmemorar el aniversario de la Redención, o como cuando, en el año 2015, el Papa Francisco convocó el Año de la Misericordia.
La Puerta Santa
En esta ocasión, el Jubileo de la Esperanza fue inaugurado por el Papa Francisco este pasado 24 de diciembre, con el gesto de abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Más de 6.000 fieles siguieron la ceremonia desde el interior de la Basílica de San Pedro y más de 20.000 en el exterior, a través de las pantallas gigantes instaladas en la Plaza. En los próximos días, tal y como ha dispuesto el Pontífice, se abrirán las Puertas Santas de las tres restantes Basílicas papales: la Basílica de San Juan de Letrán (29 de diciembre); Santa María la Mayor (1 de enero) y San Pablo Extramuros (5 de enero).
El gesto de abrir la Puerta Santa tiene un gran significado para todos los cristianos. Al cruzar el umbral, el peregrino recuerda el texto del Capítulo 10 del Evangelio según San Juan: «Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará». Un gesto que expresa la decisión de dejarse guiar por Jesús, el Buen Pastor. Por otra parte, simboliza la entrada al interior de una iglesia, un espacio sagrado donde uno ha de aproximarse con respeto, y que es signo de la comunión que une a todo creyente con Cristo: lugar de encuentro, lugar de reconciliación y de paz.
La Puerta Santa no es solo un mero umbral físico, sino un símbolo de la invitación divina a cruzar hacia un nuevo comienzo, un camino de esperanza que se abre ante todos.
El pasado 24 de diciembre, tras cruzar la Puerta Santa el Papa Francisco, a continuación lo hicieron los cardenales, arzobispos, obispos y representantes del Pueblo de Dios, procedentes de los cinco continentes, y se dirigieron hacia el Altar de la Confesión. Los miles de fieles y peregrinos que llegarán a Roma hasta el 6 de enero de 2026, fin del Año Santo, pueden hacer lo mismo desde el 25 de diciembre de 2024.
El logo
En el logo se pueden apreciar cuatro figuras de diferentes colores, representando los cuatro rincones de la tierra. Tal y como se indica en la web oficial del Jubileo, están abrazadas entre sí, indicando la solidaridad y fraternidad que une a los pueblos. Además, la primera figura está abrazada a una cruz, como símbolo de fe y también de esperanza. Bajo las figuras, se pueden ver unas olas, como si estuvieran en movimiento. Con ello, se quiere dar a entender que la vida no siempre transcurre por aguas tranquilas, pero el extremo inferior de la cruz, a la cual la humanidad está abrazada, finaliza en un ancla, metáfora de la esperanza. El color verde con el que se escribe el lema, «Peregrinos de la esperanza», también ha sido escogido precisamente por ser el color que simboliza la esperanza.
La Bula
La tradición dicta que cada Jubileo se proclama a través de la publicación de una Bula Papal, es decir, un documento oficial, generalmente escrito en latín, con el sello del Papa. Suelen publicarse el año anterior al Jubileo. En este caso, la Bula fue publicada el 9 de mayo de 2024, con el título Spes non confundit (La esperanza no defrauda). En ella el Papa Francisco explica que «Encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad. Que el Jubileo sea para todos ocasión de reavivar la esperanza. La Palabra de Dios nos ayuda a encontrar sus razones», explicando así los motivos por los que el Jubileo del 2025 ha de centrarse en la virtud teologal de la esperanza. Recuerda a su vez que «La esperanza efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz», y que es «el Espíritu Santo, con su presencia perenne en el camino de la Iglesia, quien irradia en los creyentes la luz de la esperanza. Él la mantiene encendida como una llama que nunca se apaga, para dar apoyo y vigor a nuestra vida. La esperanza cristiana, de hecho, no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino».
El Himno
Escuchar en español. Letra adaptada por la Conferencia Episcopal Española, interpretado por el Orfeón «Terra a Nosa» de Santiago de Compostela y dirigido por Luis Martínez. Letra original compuesta originalmente por Pierangelo Sequeri y musicalizado por Francesco Meneghello.
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