CATÓLICOS DE VIZCAYA – Pongamos un Belén en casa

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Hemos comenzado el Adviento para preparar nuestro corazón y nuestra vida a la celebración de la Navidad. Comenzamos con alegría nuestro camino a Belén. Tiempo de abrazar la esperanza que nos recuerda a los que somos discípulos de Jesucristo que debemos despertar de la rutina, del miedo y ser luz en medio de nuestro mundo. Los seres humanos nos acostumbramos a todo y los creyentes nos podemos acostumbrar a sabernos amados por Dios y también corremos el peligro de acostumbrarnos a celebrar la fiesta de la Navidad. Por eso es bueno espabilarnos, despertar y prepararnos para celebrar la Navidad recordando que “tanto amo Dios al mundo que entregó a su único Hijo para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna” (Jn3.16).

Por eso debemos acercarnos con sencillez y humildad al niño de Belén, para poder llegar a descubrir y a vivir el gran Misterio de amor que impregna toda su vida. De nuevo, estamos invitados a celebrar la Navidad y deberemos celebrarla y vivirla con fe profunda y sincero agradecimiento en nuestro corazón, en el ambiente familiar, en nuestras relaciones sociales y en las celebraciones propias de la parroquia.

El día 8, fiesta de la Inmaculada Concepción, inauguramos el BELÉN en nuestro templo. El belén nos recuerda que Dios no es distante, sino que entró en nuestra historia humana, naciendo en un pesebre, en humildad y pobreza, en un ambiente de amor familiar con la Virgen María y San José y en la acogida alegre de los más sencillos, los pastores, y adorado por los Reyes Magos, recordando que la salvación es universal para todos los pueblos y razas.

Os invitamos también a poner un Belén, ocupando algún lugar visible de la casa, pequeño o grande, para tener muy presente lo que celebramos en estos días, que el Hijo de Dios viene a vivir nuestra vida. Para poder compartir con las nuevas generaciones los valores propios de estos días: la humildad, la sencillez, la generosidad. Para poder orar y contemplar en nuestra casa en estos días especiales y de encuentros familiares. Para sabernos protagonistas del amor de Dios. Gabon zoriontsuak! ¡Feliz Navidad!

Vuestro párroco, Fernando Marcos Ayjón