Ayer Domingo, en la Misa jubilar de la Catedral, se celebró la Jornada de la Infancia Misionera, con la que, desde Obras Misionales Pontificias, buscan involucrar a los más jóvenes y a los niños en la misión de toda la Iglesia. Es también un recordatorio para los mayores, para que valoremos los pequeños gestos, esfuerzos y sacrificios que hacen y ofrecen los pequeños para transformar el mundo, para acercar el Reino de Dios a cada realidad y corazón que la espera.
En esta ocasión el delegado de Misiones y cooperación con las Iglesias, D. Pedro Miguel Rodríguez Ricondo, participó junto a otros sacerdotes de la Unidad Pastoral del Centro de la ciudad, del Arciprestazgo de los Santos Mártires.
Nuestro Obispo, D. Arturo, en su homilía, se dirigió a los pequeños presentes, comentándoles el Evangelio de las bodas de Caná y el lema que fiiguraba en un cartel que acercaron hasta el presbiterio en procesión, al comienzo de la Misa, varios niñoos. En esta edición el lema insistía en no dilatar la misión… sino ahora, «Comparto lo que tengo».
En varios momentos D. Arturo interactuó con unos niños que se sintieron verdaderos protagonistas y, de hecho, en la celebración fueron los encargados de leer la Palabra de Dios, presentar las intenciones de la oración de los fieles y los dones.
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