El Congreso de Vocaciones, que lleva por lema ¿Para quién soy?, ha comenzado a las 18:00 horas de este viernes en el recinto Madrid Arena y con unos 3000 congresistas inscritos. Desde nuestra diócesis han viajado hasta Madrid 35 personas, una delegación encabezada por nuestro Obispo, D. Arturo, y que ha mostrado, desde el comienzo de la preparación del Congreso, su interés por profundizar en esa pregunta que en él se plantea.
Después de recoger las acreditaciones y de tomar asiento en las áreas designadas por la organización en este enorme recinto, los miembros de la delegación diocesana han asistido a la oración de bienvenida y a los discursos de acogida. El primero en dar la bienvenida ha sido el cardenal y arzobispo de Madrid, D. José Cobo, quien ha asegurado que «dedicamos mucho esfuerzo a lo que ven los demás de nosotros y la falta de preguntas provoca una cultura condenada a volar muy bajo».
Asimismo, ha afirmado que la sociedad naufraga en la incertidumbre, pero que «cuando somos capaces de elevar la mirada, agudizar el oído y cultivar las capacidades, somos capaces de despertar». Sobre nuestra cultura, ha apelado a la necesidad de transitar a la cultura del encuentro y del diálogo que incorpore a los otros. Ha añadido, que «nuestra cultura presenta una gran grieta: el error del divorcio entre la fe y la vida diaria. Abrirnos a la vocación implica ver cómo integrar la fe en la vida cotidiana». Ha finalizado su intervención afirmando que «nos reunimos aquí para profundizar una buena noticia, que nuestra vida tiene sentido porque depende de la llamada de Dios».
D. José Manuel García Cordeiro, Arzobispo de Braga, comenzó analizando la frase que encabeza este Congreso: «Para quién soy yo es una pregunta que uno se tiene que hacer. Dios es solo amor que llama, transforma, capacita y acompaña hasta el final». Aseguró que todos estamos llamados a la misión, «a salir, evangelizar y discipular, que son verbos activos para la Iglesia misionera. Una Iglesia cada vez más atenta a todas las personas y a los signos de los tiempos». Finalizó con este bonito pensamiento: «Para qué sirve la vida si no es para dar».
Por su parte, D. Bernardito Cleopas Auza, Nuncio Apostólico de su Santidad en España, leyó un mensaje del Papa Francisco, que pueden consultar aquí y mostró su alegría por que el lema del Congreso tome las palabras de la exhortación apostólica postsinodal Christus vivit del Papa Francisco y afirmó que «a menudo no llegamos a responder a esta pregunta, que es fundamental». Hizo mención a la dana y a los testimonios de «valentía y solidaridad» vistos tras esta catástrofe. Finalizó apelando a los asistentes para que no tengan miedo y se abandonen a la voluntad de vida.
Los mensajes de bienvenida finalizaron con las palabras de D. Luis Argüello, Arzobispo de Valladolid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, quien afirmó que somos «enviados para comunicar la alegría del Evangelio» y mostró su alegría por el hecho de que «hayamos descubierto un nuevo yo, el yo comunitario, el nosotros».
A continuación, Ana Samboal y Alfonso Alonso-Las Heras han presentado a los asistentes la ponencia marco inicial, que recoge el trabajo en común anterior a este Congreso. En ella han destacado que la razón de realizar este Congreso es ofrecer la certeza de que «Dios sigue amando y llamando». «La vocación es el regalo que Dios nos dona junto a la vida, que debemos descubrir y a la que hay que responder», han subrayado.
Por ello, la Iglesia quiere ayudar a fortalecer la cultura vocacional para que cada persona pueda descubrir su vocación y alcanzar la plenitud a la que ha sido llamada.
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