CATÓLICOS EN CANTABRIA – Multitudinaria y emotiva celebración de la Solemnidad de los Santos Mártires en la Catedral de Santander

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En la jornada de este sábado celebramos la Solemnidad de los Santos Mártires Emeterio y Celedonio, dos soldados romanos, hermanos y cristianos, que vivieron en el siglo III d.C., durante las persecuciones del emperador Diocleciano. Originarios de Calahorra, sirvieron en las legiones romanas, pero al negarse a renunciar a su fe cristiana, fueron arrestados y martirizados.

Según la tradición, ambos fueron encarcelados y torturados por no ofrecer sacrificios a los dioses paganos. Finalmente, fueron decapitados en Calahorra alrededor del año 298. La leyenda cuenta que sus cuerpos fueron arrojados al río Ebro, y posteriormente llegaron milagrosamente por mar hasta la costa de Santander, donde fueron recogidos y venerados por los cristianos locales.

En el lugar donde se encontraron sus restos se construyó una iglesia, que dio origen a nuestra Catedral de Santander, que alberga la cripta de San Emeterio y San Celedonio. Desde entonces, se les considera patronos de la ciudad y de la diócesis de Santander.

En la tarde de ayer, se llevó a cabo el traslado de las reliquias de los Mártires desde la parroquia del Santísimo Cristo en procesión hasta la S.I.B. Catedral de Santander, donde se rezaron las vísperas solemnes y donde hoy se ha celebrado una Eucaristía emotiva y muy especial, que ha presidido nuestro Obispo, D. Arturo, y en la que cientos de fieles diocesanos, autoridades locales, regionales, civiles y militares se han reunido para honrar a San Emeterio y San Celedonio en un ambiente de recogimiento y oración.

En su homilía, nuestro Obispo ha dado gracias por el testimonio de los Santos Mártires Emeterio y Celedonio y ha destacado su valentía y su fuerza a la hora de mantenerse firmes en la fe. Una homilía que pueden ver de nuevo a continuación y que, sin duda, ha conseguido remover ese sentimiento de misión del anuncio del Evangelio, misión recibida del Señor, más aun en un mundo como en el que vivimos, cargado de emociones negativas y ficticias; también positivas, claro, pero en el que la Iglesia tiene (tenemos todos, por tanto), la responsabilidad de salir a anunciar y proclamar la alegría del Evangelio.

Ha destacado igualmente la presencia de las hermanas Andrea María, Catalina Verónica y María Andrea, Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, que ya se encuentran integradas en la actividad de la Catedral en su labor de apoyo y servicio al Cabildo. Las hermanas han mostrado con palabras y a través de gestos su felicidad por la calurosa acogida que han vivido estos días y por poder estar al servicio de la diócesis y de nuestro Obispo, D. Arturo, tal y como han expresado.

Un día especial, por tanto, en el que hemos podido compartir en comunidad la alegría del recuerdo de los Santos Mártires, ejemplos de fortaleza y de fidelidad al Señor. En estos tiempos convulsos, donde las noticieros y los medios nos inundan la vista de guerra y sangre, somos nosotros, los creyentes, los cristianos, los que vivimos convencidos de la presencia de Cristo en nuestras vidas, que dio la suya por nosotros y que nos dijo «Amaos unos a otros como yo os he amado», los que debemos dar un paso hacia adelante, salir de nuestra comodidad y fomentar ese anuncio del Evangelio, de esa alegría que nos inunda el alma y que nos desborda de emociones el corazón, en el que, sin duda, siempre cabe un poco más de amor para el prójimo. Hagámoslo posible. Desde ya. Por siempre.

 

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