Esta mañana tenía lugar en la sala Manuel Sánchez Monge, del Archivo Catedralicio y Diocesano de Santander, la rueda de prensa en la que se ha anunciado la selección del Monasterio de Santo Toribio de Liénana como sede del Jubileo 2025, desde la Red Mundial de Destinos de Turismo Religioso y Espiritual.
En palabras del Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, D. Luis Martínez Abad: «es una gran noticia para Cantabria. Un honor y una responsabilidad que el monasterio sea sede del jubileo universal espiritual, del turismo religioso». Así mismo ha manifestado la disposición para que en el entorno único de los Picos de Europa todos los turistas y peregrinos puedan encontrar espacio para la reflexión y de conexión con la naturaleza.
Ha reivindicado la singularidad del camino del Norte, a su paso por nuestra región, en la que se conjugan de modo único dos sendas jubilares: la Jacobea y la Lebaniega. En este camino, la diversidad y riqueza del patrimonio cultural es un activos que lo hace único, a su paso por pequeños pueblos, donde la despoblación es un reto para los agentes de biodiversidad.
Desde las estadísticas se desprenden dos datos: el primero, global, que hay 330 millones de personas que viajan cada año por motivos religiosos… los números parecen salir; el segundo, más particular de nuestro camino lebaniego, es que el perfil del peregrino es el de una persona, principalmente joven, y que lo recorre por motivos religiosos o de tipo espiritual… de ellos son un 44% mujeres.
Desde la Consejería de Cultura esperan que los expertos y promotores de este tipo de turismo, el religioso, puedan hacer, de este activo importante para nuestra región, un destino demandado.
Para D. Gustavo Riveiro D´Angelo, Director del Departamento de Pastoral del Turismo en la Conferencia Episcopal Española (CEE), ha coincidido en el marco inigualable, el entorno montañoso, y en la situación del turismo religioso en la actualidad, que es ahora mismo un filón a cuidar y no olvidar… también redescubriendo los bienes religiosos de interés cultural, que no son espacios culturales muertos. Son espacios sagrados, cuyo uso perdura en el tiempo, con el fin con el que se concibieron en su origen. Por ello se debe prestar atención al camino que pueda darse entre el turista y el peregrino.
Frente a la cultura de la polémica, la cultura del diálogo que propone el Papa Francisco y para la que, en opinión de Riveiro, Santo Toribio será la gran invitación de nuestra vida a ser protagonistas en un jubileo que es universal, y en el que «no hay hombre ni mujer que no esté convocado a esta gracia».
Recordaba que la peregrinación en los jubileos «no consiste en recorrer caminos y pasar puertas»… sino que «se trata de una revolución interior». Ciertamente hay un camino y una puerta, que simboliza a Cristo que nos invita a entrar en la Iglesia por Él, pero los jubileos son un llamado a que lo ordinario de cada día se reivindique como excepcional. Por ello en todas las diócesis del mundo se abrirá una puerta para este jubileo del 2025, en el que se ha escogido Santo Toribio como sede mundial. También, en el mismo sentido, para el jubileo del 2033, que será el siguiente al propio de Santo Toribio en el 2028, tendrá una relevancia no solo nacional sino internacional, por la reliquia que alberga de la Pasión del Señor: el Lignum Crucis, el fragmento de mayor tamaño de la reliquia de la Cruz.
Insistía en que el Camino Lebaniego no requiere presentacion, aunque si potenciación. En particular recordaba que hacen falta realidades que el santuario tendrá que fortalecer, para que la presencia del Santo Toribio en la vida de la fe en España tenga mayor vigencia… «que atraiga jóvenes y personas de buena voluntad con un corazón sincero.» Para ello también ha propuesto la necesidad de fortalecer la red con los santuarios que conservan las grandes reliquias de la cristiandad, para que se vertebren.
Para nuestro Obispo, D. Arturo, también es motivo de gozo acoger este acontecimiento, así como la embajada internacional que estos días hará, a modo de experiencia piloto, la peregrinación del congreso que se realizará en junio.
Acoger no solo a todos los invitados por este acontecimiento singular, sino también el regalo que significa para la Diócesis y para dar un mayor sentido al camino y relevancia al lugar de Santo Toribio, para que «sea lo que todos queremos que sea», para lo que elogió el compromiso permanente de la Consejería de Cultura, también de la Fundación. «Tener la reliquia más grande de la cristiandad y un lugar como Santo Toribio es una bendición. Descubrir Santo Toribio, la esencia de vida que nos produce cuando la veneramos, es algo difícil de contar.» Quizá ello también por todas las bellezas que lo enmarcan: la geográfica, la material, la de sus gentes… y, finalmente, lo que alberga para los peregrinos.
«La grandeza del Camino es que es una expresión que tiene un sentido profundo y bello. Es un proceso, un itinerario… bello en su expresión natural, pero todo peregrino sabe que tiene una meta: El camino le va a llevar a un lugar… es un lugar sorprendente y transformador. Hacer el camino, llegar y venerar la reliquia, es una experiencia única que, me atrevo a decir, cambia la vida.» sentenciaba D. Arturo.
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