Cerca de 90 dibujos se exponen en el claustro de la Casa de la Iglesia hasta el próximo 20 de abril, recorriendo sus vivencias en diferentes etapas de su vida
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Ramón es un amigo de la infancia de Gerardo Alonso Aller, el artífice de los 87 dibujos que se exponen hasta el 20 de abril en el claustro de la Casa de la Iglesia. Desde el corazón, describe lo que se recoge en cada pincelada de este artista autodidacta: “Gerardo tiene el don de hacer fácil lo difícil, con sencillos dibujos que encierran todo un mundo en cada uno de ellos”, subrayó en la presentación. Y añadía que en cada dibujo, se encuentra una vivencia de las distintas etapas de su vida, “desde los primeros años en la escuela de su pueblo (Corbillos de Sobarriba), en León, hasta hoy”.
En su obra refleja una “especial sensibilidad” en el tema de las enfermedades, las guerras, la religión, los problemas sociales o el deporte, subraya su amigo de la infancia, con quien compartió sus estudios de Bachillerato en Madrid. Y todo ello, remarcó, “impregnado de un profundo y personal sentimiento religioso”.
La exposición que acoge el claustro principal de la Casa de la Iglesia es la cuarta de Gerardo Alonso Aller, de 78 años, y lleva por título: “Disegni per pensare e sentire” que se podrá visitar de lunes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas. En la inauguración de la muestra, el artista reconoció que durante mucho tiempo tuvo aparcada la pintura, por circunstancias de la vida, como formar una familia junto a su mujer, Luisa, y tener a sus dos hijos.
Sin embargo, con el fallecimiento de su esposa, tras una larga enfermedad que duró dos décadas, dibujar fue su terapia. A ese momento vital tan duro, se unió el de su enfermedad, un cáncer, que también ha marcado sus dibujos. “Son dos hechos negativos, pero fue un momento de ‘reiniciar’ de alguna manera, y pensé en aquellos bocetos que tenía de hace tiempo”, relataba Gerardo.
Una experiencia más allá de lo visual
Algunos de sus dibujos están firmados en 1965, ” otros los rehíce”, pero durante cuatro veranos seguidos no ha dejado de crear arte en su casa del pueblo, conviviendo con los efectos de su enfermedad. Una característica de sus obras es que en muchas de ellas predominan las líneas curvas, “son puro pulso, y dependen del momento”. Para el autor de las obras, son cuadros provocativos, “de sentimientos y pensamientos”, y asegura que todo aquel que visita la exposición, “no sale igual que entró, porque a todos los remueve algún cuadro, o les ha hecho pensar y sentir vivencias suyas”. Gerardo invita a los visitantes a imaginar lo que cada uno perciba de sus dibujos, “que no tiene que coincidir con lo mío, y si coincidimos pues mejor”.
En algunos de sus dibujos se refleja su pasado educativo junto a los padres capuchinos, desde los 11 años, primero en Cantabria y más tarde, en El Pardo, en Madrid, para estudiar Bachillerato. Además, estudió Filosofía en Salamanca y Teología en León. En concreto, hay cinco o seis cuadros vinculados a la figura de San Francisco de Asís. Esta exposición es la cuarta del autor y la que más obra contiene.
La entrada El alma de Gerardo Alonso Aller cobra vida en sus trazos se publicó primero en Diócesis de Salamanca.
————————————————————————————————————————————————————————————
El anterior contenido fue publicado en: