El religioso dehoniano José Luis Miguel propone en su comentario de este domingo de la Inmaculada Concepción de María una reflexión sobre el verdadero anuncio de la Navidad. Una invitación a estar atentos y descubrir en el silencio el misterio de la encarnación de Jesús, más allá de los ruidos y las luces que iluminan nuestras calles estos días
Llevamos semanas escuchando anuncios de la llegada de la Navidad. El anuncio del encendido de las luces de tal o cual pueblo o ciudad, el anuncio tan esperado de la lotería, el anuncio de la llegada a los mercados de los productos típicos de este tiempo, el anuncio del Black Friday, y entre tanto anuncio podemos despistarnos y que pase desapercibido el anuncio que nos trae el evangelio de este domingo, que realmente es el que nos trae la Navidad debajo del brazo. Celebramos el misterio de la concepción de María que este año coincide con el IIº domingo de Adviento. Es un anuncio muy importante, pero ciertamente, puede pasar desapercibido porque no viene con bombo
y platillo como los otros anuncios. Dios envió al ángel Gabriel a una ciudad pequeña, a Nazaret, al encuentro de una mujer sencilla de la que sólo sabemos que estaba desposada con José y su nombre era María.
No hay cortejos ni edictos reales, sólo un ángel de Dios que la sorprende y le dice que no tenga miedo, que no pasa nada malo. Alégrate porque has encontrado gracia ante Dios y darás a luz un hijo al que llamarás Jesús. Y será grande y su reino no tendrá fin. El anuncio del ángel es el misterio de nuestra fe. Dios se va a encarnar, se va a entrañar en nosotros y en el mundo por medio de su Hijo. Y como todo lo que hace Dios, sin apenas ruido, sin estruendos, sin
alboroto.
El Adviento nos invita a despertar del sueño, a espabilar, a estar atentos, porque el anuncio de la encarnación de Jesús tenemos que ser capaces de escucharlo y darnos cuenta de ello para vivir en profundidad, más allá de los escaparates y las guirnaldas, el misterio de la Navidad. Y así, cuando se apaguen las luces y se haya ido Papa Noel, y llegue enero con su cuesta y sus rebajas, los cristianos anunciemos con nuestra vida que Jesús ha nacido, que es el Hijo de Dios, que ha venido para quedarse con nosotros y en nosotros, porque María, a pesar de no comprender, le dijo sí a Dios.
Feliz domingo.
José Luis Miguel, religioso de los Reparadores, párroco de Ntra. Sra. de los Dolores en el barrio de San José.
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