El obispo, Mons. José Luis Retana, presidió la eucaristía en la capilla de la Casa de la Iglesia, donde celebraban sus bodas de oro cuatro sacerdotes diocesanos
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El pasado sábado, 10 de mayo, la Diócesis de Salamanca celebró la festividad de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español y doctor de la Iglesia, con una jornada marcada por la fraternidad, la oración y el agradecimiento. Fue una ocasión para renovar el compromiso sacerdotal a la luz del testimonio de este “santo pastor”, y para rendir homenaje a cuatro presbíteros que este año cumplen sus bodas de oro sacerdotales.
La jornada comenzó con un encuentro en la sala Virgen de la Vega, donde los sacerdotes compartieron reflexiones en torno a los desafíos actuales del ministerio, partiendo del trabajo realizado por franjas de edad en la reunión del pasado mes de febrero. Un espacio de diálogo enriquecedor que permitió seguir profundizando en la pastoral sacerdotal y en el acompañamiento que necesita el presbiterio.
A la una del mediodía, la capilla mayor de la Casa de la Iglesia acogió la eucaristía de acción de gracias, presidida por el obispo diocesano, Mons. José Luis Retana, en un ambiente de oración serena y afectuosa fraternidad. En su homilía, el prelado dio gracias a Dios “por el don de la vocación y el ministerio sacerdotal de cada uno de vosotros, por vuestra entrega fiel a Jesucristo, el Buen Pastor, y a su pueblo”. Y exhortó a vivir el sacerdocio “siguiendo las huellas de Cristo y el ejemplo de San Juan de Ávila, cuya actualidad resplandece en la fidelidad, el celo apostólico y el amor a la Palabra”.
Un santo contemporáneo
El obispo destacó la actualidad del santo como “profundo conocedor de la Escritura, misionero ardiente y maestro espiritual que conjugó oración y acción apostólica”. Subrayó que su perfil es “plenamente contemporáneo” por su dedicación a la predicación, la celebración de los sacramentos, la formación de seminaristas y su acompañamiento a laicos, consagrados y sacerdotes.
Uno de los momentos más emotivos de la celebración fue la felicitación pública a los presbíteros que celebran 50 años de ordenación: Antonio Matilla Matilla, José María Miñambres García, José Ramón Campos Medina y Mons. Julio Antonio Parrilla Díaz. El obispo reconoció en ellos “una fecunda fidelidad tejida por la gracia y la entrega diaria” y les animó a seguir siendo “testigos de esperanza para las nuevas generaciones”.
Mons. Retana concluyó su homilía evocando a la Virgen María, a quien San Juan de Ávila consideraba “pastora que ama entrañablemente a las ovejas”. “Que ella —afirmó— renueve en nosotros la amistad con Jesús y fortalezca nuestra caridad pastoral”.
La jornada concluyó con una comida fraterna en la Casa de la Iglesia, en un ambiente distendido de celebración compartida, reconocimiento y cercanía.
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