Celebramos el Corpus Christi y el Día de Cáritas. Ante la injusticia y exclusión en el Evangelio de este domingo resuena el reto de Jesús: “Dadles vosotros de comer”. Belén Santamaría anima a responder con generosidad, con al certeza de que el milagro puede comenzar en nuestras propias manos
Hoy es uno de esos días que relucen más que el sol, como aprendimos de pequeños. Día de Corpus, Día de Cáritas.
Confieso que el Evangelio de hoy es una de mis lecturas preferidas, si es que se pueden tener preferencias en la Buena noticia de Jesús.
En el mundo de hoy, muy cerca de nosotros hay quien sigue siendo víctima de la injusticia, de la falta de derechos fundamentales, sufriendo trabajos precarios, que no dignifican, cuyo salario no alcanza para vivir y sostener a la familia. Personas que buscan y buscan una vivienda disponible y asequible que permita tener un hogar sin estar obligados a compartir casa con otras familias, en la que, por necesidad, toda la familia debe arreglarse con una habitación y
escasos espacios compartidos. Personas que llegaron a Salamanca buscando un sueño, que sólo supone vivir en libertad, sin miedo, con oportunidades, a salvo de la violencia o la pobreza, y que han visto como los muros no dejan de levantarse para hacerlo todo muy difícil; porque cuando parece que se ha salvado un obstáculo, aparece otro, que de nuevo limita y relega a la supervivencia. Personas todas ellas como tú y como yo, que luchan a diario, no se conforman, pelean la vida y nos enseñan mucho de fortaleza, dignidad, esperanza, fe.
Ante esta realidad, tantas veces invisibilizada o que no queremos mirar, Jesús nos lanza el reto “dadles vosotros de comer”, buscad la manera, sin poner excusas, sin buscar subterfugios, sin escondernos tras bombas de humo: qué poco puedo hacer, si es que todo está ya perdido, si tengo muy poco que ofrecer, y un largo etcétera que nos tranquiliza de momento, pero no
resuelve nada.
Ojalá no nos cansemos de buscar esos pocos peces y panes, a veces en manos de quien menos lo esperamos (un niño en la lectura de Lucas), o en las nuestras propias, para ponerlos en juego, y permitir que el milagro del compartir haga el resto. Para esto necesitamos al menos tres cosas:
Creer en nosotros mismos, porque podemos hacer mucho más de lo que nuestros miedos nos permiten intuir.
Creer en que el Señor hará su parte, porque no depende todo de nuestras pocas fuerzas.
Creernos en serio que somos colaboradores de la construcción del Reino, que Dios cuenta con nosotros, espera nuestra respuesta y no nos pregunta lo que podemos ofrecer, sino que nos lanza a ponernos manos a la obra.
Esta es la fiesta del compartir, la alegría inmensa de sabernos capaces, seamos como seamos, porque Jesús está a nuestro lado y con Él, podemos ser verdaderamente CONSTRUCTORES DE ESPERANZA.
Un abrazo fraterno.
Feliz Día de Caridad, Feliz día del Amor desbordado.
Belén Santamaría Eraña, laica, CVX y trabajadora en Cáritas diocesana de Salamanca
La entrada El milagro del compartir se publicó primero en Diócesis de Salamanca.
————————————————————————————————————————————————————————————
El anterior contenido fue publicado en: