Mons. José Luis Retana ha firmado un decreto que establece las disposiciones diocesanas para el Jubileo ordinario 2025, que se celebrará en la diócesis del 29 de diciembre de 2024 al 28 de diciembre de 2025. En el documento, señala que este Año Santo será “un tiempo de gracia y una fuente de profunda renovación para la Diócesis de Salamanca”
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, firmó el pasado 18 de diciembre, en la festividad de Nuestra Señora de la Esperanza, un decreto que establece las disposiciones diocesanas para la celebración del Jubileo 2025, convocado por el papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, y promulgado a través de la Bula “Spes non confundit” (La esperanza no defrauda). En el documento, el obispo subraya. que este Año Santo será “un tiempo de gracia y una fuente profunda de renovación para la Diócesis de Salamanca”.
Apertura solemne en comunión con la Iglesia universal
La apertura del Jubileo en la Diócesis de Salamanca se celebrará el domingo 29 de diciembre con una peregrinación que comenzará a las 17:00 horas en la parroquia de La Purísima y concluirá con una eucaristía solemne en la S.I.B. Catedral a las 18:00 horas. Según la bula de convocatoria, Spes non confundit, este gesto simboliza “un camino de esperanza iluminado por la Palabra de Dios, que une a los creyentes”.
En el decreto, el obispo anima a “todas las parroquias, a las comunidades religiosas, a las hermandades y cofradías, y a los movimientos y asociaciones de fieles a participar en esta celebración, dando testimonio de comunión con el Santo Padre y con la Iglesia extendida por todo el mundo”.
Dada la relevancia de esta celebración y con el objetivo de favorecer la asistencia de los fieles, Mons. José Luis Retana solicita a los párrocos que suspendan las misas en Salamanca que coincidan con el horario de la celebración de apertura del Año Jubilar. Además, los alienta a motivar sus comunidades para que para que participen activamente en acontecimiento tan significativo para la Iglesia. “Esta asistencia de laicos, religiosos y presbíteros, presididos por el obispo, será la manifestación más gozosa y eficaz de sinodalidad a la que somos llamados”, señala en la carta enviada a los presbíteros el pasado 18 de diciembre.
El decreto señala además que la clausura diocesana del Jubileo se celebre el 28 de diciembre de 2025, también en la S.I.B. Catedral, “siguiendo las disposiciones que se establecerán oportunamente”.
La Catedral será el único templo jubilar del Jubileo de la Esperanza 2025
Templos para el Jubileo y la misericordia
En su decreto, el obispo designa a la Catedral como templo jubilar “con el propósito de que los fieles puedan peregrinar para recibir las gracias jubilares y obtener la indulgencia plenaria”. Además, invita a que “a lo largo todo el año, y especialmente en el tiempo de Pascua”, se organicen peregrinaciones a la Catedral para fomentar “la vivencia comunitaria del Jubileo”.
Además, dispone como templos de la misericordia en la ciudad de Salamanca a la Catedral, el Santuario de María Auxiliadora, la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y la Capilla de la Adoración Perpetua; y al Santuario del Cristo de Cabrera en Las Veguillas. En estos lugares, se ofrecerá “la oportunidad para la celebración del sacramento de la Penitencia y el encuentro con la gracia del perdón.”
Condiciones para obtener la indulgencia plenaria
Mons. José Luis Retana anima a la comunidad diocesana a peregrinar a la Catedral durante todo el año jubilar, especialmente en el tiempo de Pascua
Además, establece las circunstancias y condiciones requeridas para ganar la indulgencia, conforme al decreto de la Penitenciaria Apostólica publicado el 13 de mayo de 2024. En el se detalla que a lo largo de todo el año los fieles podrán obtener la indulgencia plenaria si cumplen con los requisitos habituales: “estar verdaderamente arrepentido, confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa”. También señala diversas maneras de participar, como peregrinar al templo jubilar (la Catedral) y participar en la eucaristía, realizar un acto de adoración eucarística, rezar el Rosario, participar en el Vía Crucis o en una celebración penitencial que termine con la absolución individual.
Para quienes no puedan asistir presencialmente, como ancianos, enfermos y religiosas de clausura o reclusos, el decreto del obispo dispone que puedan unirse espiritualmente a las celebraciones del Papa o del obispo transmitidas a través de los medios de comunicación, rezando “el Padre Nuestro, la Profesión de Fe y otras oraciones conforme a las finalidades del Año Santo, ofreciendo sus sufrimientos o dificultades personales como signo de comunión espiritual.”
Signos concretos de esperanza
Recordando las palabras del Papa en la bula de convocatoria “estamos llamados a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria”, el obispo anima a “practicar las obras de misericordia y de penitencia” durante el Jubileo, para que sean verdaderamente “signos de esperanza”. Y entre las iniciativas propuestas, destaca la organización de la Semana de la Esperanza, del 24 al 30 de marzo de 2025, cuyo objetivo será “abrir caminos de desarrollo social, económico y cultural para todos”, así como orar “por la paz del mundo”. En este sentido, solicita que en la oración de los fieles durante las eucaristías dominicales se incluya de manera habitual una oración por la paz.
El documento también hace una llamada a generar esperanza promoviendo “una cultura de la vida” y a prestar especial atención a diversos colectivos vulnerables, como los jóvenes sin empleo, los migrantes, enfermos, ancianos que sufren soledad, las personas privadas de libertad, los pobres “de lejos y de fuera”. Para ello, el obispo anima a colaborar activamente a través de las Delegaciones diocesanas de Familia y Vida, Pastoral Penitenciaria, Pastoral de la Salud y la Capellanía de los Hospitales, así como las parroquias, Cáritas Diocesana y Manos Unidas.
Inspirado en el espíritu de la Asamblea Diocesana de 2014-2016, que dio como fruto al proyecto Ranquines, destinado a apoyar a personas con problemas de salud mental y en situación vulnerable, el obispo anuncia en su decreto que, durante el Jubileo 2025, se impulsará un “gesto jubilar caritativo”, que busca “ser un símbolo de esperanza frente a las diversas pobrezas”. Este gesto “se anunciará oportunamente” y se solicitará la colaboración de toda la comunidad diocesana para hacerlo realidad.
Acceso al sacramento de la confesión y bendición apostólica
Finalmente, para facilitar el acceso al sacramento de la reconciliación, el decreto insta a los sacerdotes de la Catedral y de los templos de la misericordia a “garantizar horarios accesibles para la confesión sacramental” y a “organizar celebraciones penitenciales comunitarias y peregrinaciones que fomenten el espíritu de conversión y comunión durante el Año Jubilar”.
Asimismo, recuerda que el obispo impartirá la bendición papal con indulgencia plenaria al final de las celebraciones diocesanas de apertura y clausura del Jubileo de la Esperanza, así como en otras celebraciones significativas que tendrán lugar durante este año santo.
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