El vicario para la evangelización de la Diócesis de Getafe participará el sábado 8 de noviembre en el V Encuentro diocesano sobre Primer Anuncio, en la Casa de la Iglesia de Salamanca. En esta entrevista comparte su experiencia y reflexiona sobre la importancia del Primer Anuncio como el punto de partida de toda acción evangelizadora
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Desde hace dos años, la Diócesis de Salamanca recorre un camino de renovación pastoral en torno al Primer Anuncio, una de sus prioridades diocesanas, que pretende ayudar a redescubrir la alegría de creer y a vivir la fe en clave evangelizadora.
En ese marco, el próximo sábado, 8 de noviembre, se celebrará el V Encuentro de Primer Anuncio, con la participación de Jesús Úbeda Moreno, vicario para la evangelización en la Diócesis de Getafe y responsable del Área de Primer Anuncio de la Conferencia Episcopal Española, que compartirá la experiencia de renovación vivida en su parroquia de La Natividad de Nuestra Señora, en San Martín de la Vega.
Don Jesús, se habla del Primer Anuncio como el punto de partida de toda acción evangelizadora. ¿Por qué es tan necesario hoy poner el acento en este “primer eslabón”?
Vivimos momentos muy especiales dentro de la propia Iglesia, sobre todo en España, donde ya el papa Francisco nos había comentado esta idea que estaba barruntándose: que la Iglesia de cristiandad había caído. Aunque hay vida sacramental, falta ese anuncio que encienda.
Los obispos españoles nos comentaban, en ese precioso documento del 2023 sobre la familia («El Dios fiel mantiene su alianza» (DT 7,9)), que uno de los fundamentales elementos que ha faltado a la transmisión de la fe ha sido justamente un primer anuncio que encienda el deseo de ser iniciados. Por tanto, si no hay Primer Anuncio, si no hay encuentro, difícilmente hay proceso. Empezamos muchos procesos, pero que no tienen el fuego del ardor del que habló Juan Pablo II al referirse al primer anuncio.
Por eso es tan fundamental entender bien qué es y ofrecer instrumentos que provoquen realmente esta experiencia.
En su parroquia de la Natividad, ¿qué realidad encontró al llegar y qué le llevó a iniciar un proceso de renovación pastoral?
Había un sacerdote mayor que tenía una pastoral de mantenimiento: los sacramentos, la catequesis de niños,… Yo llego aquí con muchas oportunidades porque es un pueblo grande que tiene muchos matrimonios, familias jóvenes y el deseo de comunicar lo que yo había recibido, que es lo más grande que tenemos: la fe. Empiezo a generar espacios de primer anuncio, muy carismáticos, experienciales y todo esto empieza a generar una comunidad viva, que ha ido creciendo. La verdad es que es una maravilla. Ahora hay una comunidad muy fuerte, evangelizadora, pero fundamentalmente eso, porque quieres llevar lo que te ha fascinado a ti y lo que te ha cambiado la vida. Y eso es lo que empieza a ocurrir.
«Hace falta gente que se haya encontrado con Jesús vivo»
Desde su experiencia, ¿qué pasos son necesarios para que una parroquia se convierta en una comunidad verdaderamente evangelizadora?
Hace falta gente que se haya encontrado con Jesús vivo. Muchas veces vivimos una fe un poco rutinaria, una fe acomodada, pero se puede vivir de un modo más intenso, más verdadero, más vivencial. Este es el primer paso: empezar a generar espacios donde esas personas que tienen fe —porque vienen a misa, porque están en el coro, porque son catequistas,… —tengan un avivamiento, un resurgir. Ahora se llama revitalización de la fe: que tengan experiencias fuertes de relación con el Señor, de oración. Entonces, ¿qué pasa? Eso, en sí mismo, se convierte en un motor.
Sin este elemento, lo demás es estructura. Hay ciertos elementos que sí pueden ayudar a generar estos espacios: algunos métodos de Primer Anuncio, algunas iniciativas como que propician esas posibilidades. Entonces, ¿qué pasa? Que la gente empieza a participar en ciertas cosas y empieza a resurgir la fe, que es como un fuego: se empieza a comunicar, se empieza a contagiar -en el buen sentido-.
Y, en segundo lugar, hace falta también un poquito de método. Tienes que tener procesos que respondan al Primer Anuncio; no vale cualquier proceso. Y esto es una cosa que nos estamos dando cuenta. Porque el Primer Anuncio genera una experiencia de un tipo, pero tú tienes que acompañarla después con una experiencia que responda a eso que le ha pasado. Si no, parece que entramos como en dos mundos muy distintos: por un lado, te ofrecen una cosa, y luego, cuando llegas al proceso o a la catequesis, resulta que es como una especie de ida para atrás, porque no hemos avanzado en la propuesta. Entonces, hace falta tener Primer Anuncio en la propuesta, pero también en el proceso. Esto es un binomio que, si no va bien, el Primer Anuncio se queda corto porque la gente se enciende, pero después, ¿cómo continúa? Y esos procesos sin ese fuego pues tampoco funciona. Es un binomio tiene que ir unido.
¿Qué papel han tenido en este proceso de transformación los laicos, catequistas, grupos parroquiales…?
Pues son esenciales, porque en la medida en que la comunidad que ya vive se empieza a encender, en este sentido, se empieza a propagar. Pero, sobre todo, porque son los que van a acoger a los nuevos. Esa comunidad se convierte en una comunidad que invita y que acoge, que acompaña esos procesos. Y, en este sentido, sin los laicos no hacemos nada. Y no solamente a ese nivel. Por ejemplo, nosotros, aquí en la parroquia, de entenderla y pensarla juntos, tenemos un Consejo de Evangelización que nos reunimos todos los lunes, dos horas, cinco laicos y los dos sacerdotes. Todo eso genera como una implicación y una corresponsabilidad mucho mayor de los laicos en las acciones evangelizadoras. Y ellos entienden, al final, que esta es su casa, su parroquia, el lugar donde viven la fe. Entonces, ¿qué pasa? Que empiezan a considerarlo como algo propio, familiar. Yo creo que es esencial.
¿Qué mensaje le gustaría dejar a las comunidades la Diócesis de Salamanca que también desean dar ese paso hacia una Iglesia más misionera y cercana?
Dejaría este mensaje como una pregunta: ¿Qué estamos haciendo con la gente que no está? O sea, ¿qué propuestas tenemos para llegar a los que no están? Esto es un examen de conciencia que tenemos que hacer. Y, desde este fuego, pues, salir a buscarlos.
El V Encuentro de Primer Anuncio invita a descubrir la experiencia de una parroquia evangelizadora
La entrada Jesús Úbeda: “El primer anuncio es el fuego que enciende todo proceso evangelizador” se publicó primero en Diócesis de Salamanca.
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