CATÓLICOS EN SALAMANCA – La Diócesis agradece 42 años de servicio de los Sacerdotes Operarios en San Pablo

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La parroquia de San Pablo celebró el 30 de agosto una eucaristía presidida por el obispo de Salamanca, en la que se reconoció el camino recorrido junto a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos durante las últimas cuatro décadas. En la misma celebración, la comunidad despidió a su párroco, José Francisco Martín y dio la bienvenida al sacerdote diocesano Gonzalo Escamilla, a quien se le ha confiado esta parroquia

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La parroquia de San Pablo acogió el pasado sábado, 30 de agosto una eucaristía presidida por el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, que estuvo marcada por la memoria agradecida hacia la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, que durante 42 años ha acompañado pastoralmente a esta comunidad parroquial, y por la esperanza ante la nueva etapa pastoral que ahora comienza.

La vida de la parroquia se hizo visible en la celebración, en la que participaron miembros de los distintos grupos parroquiales y de la Cofradía de  Jesús Rescatado, así como sacerdotes operarios y diocesanos, el arcipreste del Arciprestazgo Virgen de la Vega, Juan Andrés Martín, y religiosos y religiosas que manifestaron su gratitud hacia los operarios. La comunidad se despedía del sacerdote operario, José Francisco Martín Rodríguez, enviado por su Hermandad a un nuevo destino en Valencia tras dieciséis años de ministerio en San Pablo -primero como vicario parroquial y después como párroco-, y daba la bienvenida al sacerdote diocesano Gonzalo Escamilla Romero, a quien el obispo ha confiado esta parroquia. Una tarea que compaginará con la atención pastoral de Sancti Spiritus, donde ejerce su ministerio desde 2020.

José Francisco había anunciado ya a la comunidad parroquial su marcha y la del vicario, Pablo Marco Medel, y el pasado 24 de agosto celebraron una eucaristía de despedida. Además, compartieron una comida fraterna con los grupos de la parroquia, como un gesto de agradecimiento por el camino recorrido juntos.

 

 

Gratitud y esperanza 

En su homilía, el obispo destacó que esta celebración “es más que una despedida y una llegada: es un acto de fe en la continuidad del amor de Dios, que guía a su Iglesia a través del tiempo y de las personas”. Y señaló que ese día la iglesia de San Pablo se convertía “en un lugar sagrado donde confluyen la gratitud por el camino recorrido, la emoción del presente y la esperanza confiada en lo que está por venir”.

Mons. José Luis Retana expresó su reconocimiento al ministerio desempeñado en esta parroquia por el José Francisco Martín durante los últimos 16 años: «Ha caminado con nosotros con un estilo pastoral profundamente evangélico… ha servido con cercanía, con paciencia, con amor». Un pastor “sencillo y entregado” que ha sido “fiel al carisma de la Hermandad de Sacerdotes Operarios, que tanto ha dado a esta parroquia a lo largo de 42 años”, señaló. Por ello, en nombre de la diócesis, el obispo les dio las gracias “por sembrar, por cuidar y por amar a esta comunidad de San Pablo”.

El prelado hizo también referencia al Evangelio proclamado, que presentaba la mesa del Reino como un lugar “abierto, gratuito y sin condiciones”, y agradeció la labor de quienes han hecho de la parroquia de san Pablo “una casa para todos”, especialmente “la Hermandad de Sacerdotes Operarios, que ha sostenido con humildad y compromiso esta misión durante tantos años”. También invitó a la comunidad parroquial a acoger con alegría a su nuevo pastor, Gonzalo Escamilla: “El Señor nos invita a abrir espacio en nuestro corazón para recibir con fe y esperanza a don Gonzalo, que será vuestro párroco”. E instó a los fieles a mirar al futuro con confianza: “la despedida de don José Francisco no es un final, sino un signo de que la misión continúa, con nuevos rostros, nuevas voces, nuevas manos. La llegada de don Gonzalo es una semilla de esperanza que ya comienza a germinar”.

El sacerdote operario diocesano, José Francisco Martín, ha servido a la comunidad parroquial de San Pablo durante los 16 últimos años.

Sobre este relevo pastoral, el obispo subrayó que “la Iglesia no se detiene. Es un cuerpo vivo, un pueblo en camino” y que cada cambio pastoral recuerda que “todos estamos de paso, pero que Cristo permanece. El verdadero pastor de la parroquia es Él”.  Mons. José Luis Retana concluyó sus palabras encomendando esta nueva etapa a la intercesión de la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad, y de san Pablo, titular de la parroquia: “Que ellos nos enseñen a vivir con fe, con alegría y con fidelidad”.

Tres palabras para un final de etapa

En nombre de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos intervino al final de la eucaristía su delegado de España y administrador general, José Miguel Martínez, quien resumió ese momento en tres palabras: tristeza, esperanza y agradecimiento.

El delegado de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, José Miguel Martín, compartió unas palabras de agradecimiento al final de la eucaristía

La primera, “tristeza”, por el final de una presencia que comenzó el 8 de febrero de 1983, cuando el entonces obispo de Salamanca, Mons. Mauro Rubio, encomendó la parroquia a esta hermandad de sacerdotes. “Concluir nuestra presencia produce una tristeza, pero la falta de vocaciones y el envejecimiento de los operarios nos han llevado a tomar esta decisión», reconoció este responsable.

La segunda palabra que mencionó fue “esperanza”. “Aunque la Hermandad no puede continuar, la parroquia no se cierra. Los fieles de esta comunidad seguirán siendo atendidos y podrán seguir encontrando en este templo al Señor”, señaló el delegado nacional de esta asociación de sacerdotes seculares. En este punto, recordó que los Operarios siguen colaborando en la diócesis atendiendo varias parroquias rurales y continúan su labor en la Editorial Sígueme, en el aspirantado y la residencia Maestro Ávila y en la Universidad Pontificia.

42 años de vida parroquial compartida

El sacerdote diocesano, Gonzalo Escamilla, es el nuevo párroco de San Pablo.

La tercera palabra fue “agradecimiento”. En estas cuatro décadas 17 sacerdotes operarios han pasado por la parroquia de San Pablo además de muchos otros que han colaborado en distintos momentos. José Miguel Martín evocó con gratitud a los párrocos que han acompañado la vida parroquial, desde Santiago Luis de Vega, primer responsable, hasta el último José Francisco Martín, así como a otros presbíteros que han dejado su huella en esta comunidad como Pablo Marco, su vicario parroquial hasta ahora o José Valladares, que acompañó durante años al coro parroquial, entre otros. “Han sido 42 años de mucho fruto pastoral, con un templo abierto donde poder celebrar la eucaristía y los sacramentos, y compartir la vida de la Cofradía de Jesús Rescatado y de Nuestra Señora de las Angustias”, recordó.
El delegado concluyó expresando su gratitud por esta celebración: “Da gusto ver la parroquia así de llena… tenemos que dar gracias por todo lo vivido y pedir por el futuro, que es esperanzador, para seguir viviendo y compartiendo la fe”.

Más de cien años acompañando a la Iglesia salmantina

La trayectoria de los Sacerdotes Operarios en la parroquia de San Pablo forma parte de una presencia más amplia en Salamanca, ligada a su carisma: el cuidado y la promoción de las vocaciones sacerdotales. Llegaron a la ciudad en el curso 1915-1916, cuando el obispo Julián Diego y García Alcolea les confió la formación del Seminario Mayor. En 1940 adquirieron un edificio en la calle Fonseca para la formación de los aspirantes a Operarios y como casa de formación, lo que es en la actualidad el Colegio Maestro Ávila. Dos años después asumieron también la responsabilidad del Seminario Menor.

En 1963 comenzaron su labor pastoral en la iglesia de San Marcos, y más tarde, en el curso 1982-83 hasta ahora, han estado al frente de la parroquia de San Pablo. Además, desde 2004 colaboran en la atención pastoral de las parroquias de Villaseco de los Reyes, Monleras, Almendra, El Manzano y Sardón de los Frailes, en el Arciprestazgo de Vitigudino-Ledesma-Robliza, y desde 2022 hasta agosto de este año, han acompañado a las comunidades de Morille y Parada de Arriba, en el Arciprestazgo de San Pedro Apóstol.

A la Hermandad de Sacerdotes Operarios también pertenecen los proyectos editoriales Ediciones Sígueme y la Casa de la Biblia, que continúan desarrollando su labor en la Salamanca al servicio de la evangelización y la formación.

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