La madre abadesa del Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús de las Hermanas Pobres de Santa Clara en Cantalapiedra, Sor María Aleluya, habla de lo que supone para su comunidad que su templo sea un nuevo santuario
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
La Diócesis de Salamanca ha erigido un nuevo santuario del Sagrado Corazón de Jesús en el Monasterio de las Clarisas de Cantalapiedra. Con motivo de esta declaración, la madre abadesa, Sor María Aleluya, comparte el sentido profundo de esta espiritualidad y el origen singular de su comunidad: “No fuimos fundadas por un noble, sino por el deseo del mismo Corazón de Cristo”.
Imagen del Sagrado Corazón de Jesús del templo.
—Hoy la diócesis erige su monasterio como nuevo santuario del Sagrado Corazón. ¿Qué significa este reconocimiento?
—Una diócesis representa el Cuerpo Místico de Cristo al completo, y en ese cuerpo hay órganos esenciales: los sacerdotes, que nos dan la vida; las obras de caridad, que manifiestan la misericordia de Dios… Pero también es necesario que ese cuerpo tenga un corazón. Eso es lo que representa un santuario: un manantial de vida, un centro de espiritualidad que quiere dar vida a toda la diócesis, a toda la familia eclesial.
—¿Qué relación tiene vuestro monasterio con esta espiritualidad del Corazón de Jesús?
—A diferencia de otros monasterios, fundados por nobles o familias reales, este fue fruto de una inspiración del Espíritu Santo a una niña de Cantalapiedra. Ella vio en un sueño un monasterio edificado sobre un río de gracias que brotaban del Corazón de Jesús. Por eso decimos que no estamos fundadas por manos humanas, sino por el deseo del mismo Corazón de Cristo. Nuestra misión es señalar la fuente: el Corazón de Cristo, y vivir para amarle, consolar y reparar.
—Esta tarde el obispo preside una Eucaristía con motivo de esta declaración. ¿Qué otras actividades habéis organizado?
—Durante un mes hemos estado acompañando a muchas personas para prepararse a una consagración personal o familiar al Corazón de Jesús, que realizaremos hoy en la eucaristía con el obispo, a las 19:30 horas. Y como es una fiesta, después habrá un concierto-testimonio en la plaza del pueblo, con jóvenes de Salamanca y otros lugares, que quieren compartir lo que el Corazón de Jesús ha hecho en sus vidas. Y este sábado, habrá una procesión con la Virgen de la Misericordia, la patrona del pueblo, que peregrinará hasta el santuario como la primera visitante. Luego tendremos una misa de acción de gracias.
La Madre María Amparo fue la fundadora del monasterio en 1920.
—Entre 2019 y 2020, vivisteis un año jubilar por el centenario del monasterio. ¿Cómo lo recordáis?
—Con muchísimo agradecimiento. Este monasterio, cuando se fundó, nadie daba nada porque saliera adelante, porque nacía con unos medios muy pobres. Las hermanas eran sencillas, sin apoyos… Lo normal es que no hubiera salido adelante, pero 100 años después, aquí seguimos, y hoy somos uno de los monasterios más grandes de España, gracias a las vocaciones que el Señor nos sigue regalando. Lo vivimos como un milagro continuo, porque no es mérito nuestro, sino pura misericordia de Dios.
—¿Cómo definiría la espiritualidad del Corazón de Jesús?
—Más que una devoción, lo vivimos como una espiritualidad, como la médula del Evangelio. Aunque muchos la asocian a las apariciones a Santa Margarita María en el siglo XVII —que ahora conmemoramos—, en realidad es el corazón mismo de la Encarnación: un Dios que se ha hecho hombre, con corazón de hombre, que ama hasta el extremo y que, como hombre, espera nuestro amor.
Dios no es lejano, no solo quiere que “nos portemos bien”, sino que desea nuestra correspondencia. El Corazón de Jesús nos dice: “Tú, al menos, ámame”. Porque le duele la ingratitud, la frialdad, el olvido… y quiere que sepamos que nos ama de verdad.
—¿Cómo podemos acercarnos a esta espiritualidad?
—Conociendo a Jesús. No se puede amar lo que no se conoce. Por eso hay que acercarse a su Palabra, a los Evangelios, a la oración… especialmente ante el Santísimo. Y también en la Iglesia, que es su Cuerpo, donde podemos descubrir su belleza y su presencia viva.
—¿Qué mensaje ofrece esta espiritualidad para el mundo de hoy?
—Vivimos una gran crisis afectiva. Muchos corazones se sienten solos, no amados, jóvenes que no encuentran sentido a su vida… Y el Corazón de Jesús responde: “Te amo hasta el extremo. Eres importante para mí. No me eres indiferente.” Eso lo necesita oír todo corazón humano. Y quien se acerca al Corazón de Cristo, lo experimenta con claridad.
—¿Y cómo se puede vivir esa experiencia acercándose a vuestro monasterio?
—Queremos que el santuario sea un hogar donde todos se sientan acogidos. Nuestra iglesia está abierta desde la mañana hasta la noche para que quien venga pueda encontrarse con un Corazón vivo y palpitante. Y nuestra experiencia es que quien se acerca, no se va indiferente: recibe la gracia de Dios que se derrama con fuerza.
La entrada “Nuestro monasterio nació del deseo del Corazón de Cristo” se publicó primero en Diócesis de Salamanca.
————————————————————————————————————————————————————————————
El anterior contenido fue publicado en: