El obispo, Mons. José Luis Retana, que ha acompañado a la delegación diocesana en este encuentro nacional, hace un balance positivo, y asegura que ahora se seguirá trabajando en esta realidad
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
La Diócesis de Salamanca ha sido testigo del impulso vocacional que se quiere dar en la Iglesia de España y que ha centrado el Congreso de Vocaciones celebrado del 7 al 9 de febrero en el Madrid Arena. La delegación diocesana, formada por 22 personas, hace un balance positivo, al igual que el obispo, Mons. José Luis Retana, que también ha participado en este encuentro nacional.
Tras la eucaristía de envío, el obispo reconocía sentirse “muy contento”, porque en este congreso ha visto lo grande que es Dios, “y que bella es la Iglesia”, porque según afirma, “aquí estábamos representados todos”. Mons. José Luis Retana ha elogiado el trabajo del equipo que se ha creado para este encuentro, “porque han trabajado previamente al congreso”.
Asimismo, resalta algunos momentos vividos, “preciosos”, y que ahora, a la vuelta, es momento de estudiar todo lo tratado, “y que los equipos que han participado se vuelvan a ver, y quizás, trabajar los documentos, y desde ahí, ver cómo podemos afrontar esta realidad“.
Muchos tipos de vocaciones
Mons. José Luis Retana insiste en que cada uno de nosotros, “es una vocación”, y por otro lado, aclara, “también se trata de quitar de la mentalidad de la Iglesia el hecho de que la vocación es solamente para la vida religiosa o sacerdotal”. Al respecto, interpela: “Cada vida es una vocación, y Dios nos ha dado la vida para Él, para entregársela a Él, y para entregarse a los hermanos“. Y sobre ellos, asegura el obispo que se va a trabajar, “¿y cómo lo podemos hacer?”, se plantea, “a lo mejor con mucha sencillez y pobreza en nuestras diócesis”.
La delegación diocesana que ha acudido al congreso.
Y cree que lo importante es entender que nosotros, “hemos sido amados, y somos fruto de un proyecto hermoso de Dios”, y añade que el Señor, “nos ha pensado con una tarea”. Mons. Retana reitera que lo hermoso es descubrir, “que yo soy una vocación, y por lo tanto, intentar descubrir para qué he sido pensado, y en eso, servir lo mejor posible al mundo que nos ha tocado evangelizar”.
Por su parte, el delegado de Pastoral Vocacional, Fernando García Gutiérrez, también coincide en que ha sido una experiencia “bonita” de comunión, de Iglesia, “una bonita experiencia de Dios que nos llena, nos da una fuerza importante importante para volver a nuestra diócesis”. Al respecto, este responsable aclara que servirá para convertir la mesa de trabajo que han tenido estos meses, “de tantas delegaciones”, “y convertir todos esos sueños que venimos dialogando esto de tiempo atrás, convertirlos en retos para trabajar y llevar adelante en nuestra Diócesis de Salamanca”, sentencia.
La realización de un poscongreso
El también rector del Seminario reconoce que este congreso les ha llenado de fuerza, “nos han inyectado la fuerza del espíritu para que los sueños se conviertan en retos concretos para nuestra diócesis”. Y el principal reto es hacer un poscongreso, “donde intensifiquemos todas las fuerzas de las delegaciones que hemos trabajado en la mesa común”. García Gutiérrez precisa que se requiere de un trabajo minucioso,”una pastoral de conjunto que afine en el tema de la vocación, tanto desde la Delegación de Laicos, de Enseñanza, de Pastoral Juvenil, y así con cada una de las delegaciones con las que hemos trabajado, y con las que vamos a seguir trabajando”.
La delegación diocesana del congreso estaba formada por un importante número de jóvenes de diferentes delegaciones, entre ellos, Laura García, de Pastoral Universitaria, y estudiante de Psicología. Ella reconoce que sale con una sensación “muy positiva”, de esperanza, “porque hemos visto como toda la Iglesia se mueve por esa vocación que tenemos que fomentar en todas nuestras realidades”. Ella tiene claro que su vocación actual está en el acompañamiento a los jóvenes desde su delegación, “sobre todo a los que tienen un poco complicado acercarse a Jesús por la realidad en la que vivimos”. Y en el futuro, tiene claro que “el acompañamiento a personas vulnerables o personas alejadas de Dios es algo a lo que me llama”.
De Pastoral Universitaria también forma parte Nacho Ramos, graduado en Medicina, y que reconoce que el congreso ha sido una experiencia “muy positiva”, y le ha resultado muy agradable “ver siempre el oratorio lleno, que sea difícil entrar, el ambiente de oración y ver diferentes congregaciones y personas con diferentes testimonios y diferentes formas de vivir su fe”.
Con respecto a mi vocación, admite que está un poco en discernimiento, “pero me gustan las personas y cuidar de ellas, y a eso me dedico, y en el futuro pues Dios dirá”.
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