El sacerdote Juan José Calles invita a aprovechar la época estival como una buena ocasión para compartir la fe. Más allá del descanso, propone vivir este tiempo con alegría, dejándonos guiar por el Espíritu y llevando el mensaje del Evangelio a quienes nos rodean
Acabamos de estrenar el verano, tiempo de descanso y de vacaciones pero…también ¿tiempo de evangelización? Sí, los cristianos estamos en permanente estado de evangelización todos los días del año y en todos los tiempos climáticos, en otoño y en invierno, en primavera y en verano. El Espíritu Santo no se va nunca de vacaciones, es más, Él nos acompaña de un modo muy dinámico en esta estación estival. Sólo así se entiende las tareas que inspira, las fuerzas que regala a los que se embarcan en ellas y la creatividad que nos hace experimentar cuando nos ponemos a su entera disposición.
Sí, el verano es un tiempo especialmente propicio para experimentar la alegría que el Evangelio trae a nuestras vidas cuando lo compartimos con otros; es un tiempo privilegiado para descubrir a Dios en la inmensidad del mar, en la belleza de las cumbres montañosas, en la quietud de las sombras de los bosques; es un tiempo idóneo para “poner nuestras tiendas” en el campo y descubrir la gramática de la Encarnación que tiene mucho que ver con asumir un espacio determinado, amar a sus gentes y pasar haciendo el bien a todos los prójimos que se aproximan a nosotros.
Como el año pasado, este verano, si Dios quiere, viviremos experiencias profundas y genuinas de evangelización: del 25 al 29 de junio, en el paraje del Santuario de Nuestra Señora del Castañar de Béjar hemos celebrado el campamento de postconfirmación compartido conjuntamente por jóvenes y familias de los “padrinos” con todos sus hijos, unos 64 participantes. Se trata de un campamento familiar, bajo la custodia de nuestra Madre, la Virgen María. También, del 26 al 29 de julio tendrá lugar el Campamento de Confirmación en las instalaciones de las Misioneras de la Providencia en Almenara de Tormes, serán en total 46 acampados: 21 niños y niñas más las familias de sus catequistas.
Del 11 al 20 de julio nos iremos a Gilgarcía con 130 niños, adolescentes y jóvenes, junto con otras cuarenta personas —entre monitores, coordinadores y mantenimiento— a vivir nuestro !Campamento de verano!, a las faldas de la Sierra de Gredos, para descubrir que la tierra es “nuestra casa común, que es también como una hermana, con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba” (cf. FRANCISCO, Laudato si´, n. 1). Y del 30 de julio al 7 de agosto, participaremos 90 jóvenes en el Jubileo de los Jóvenes que se celebra en Roma con motivo del Jubileo de la Esperanza. Con otros muchos jóvenes, viviremos la alegría de ser cristianos y peregrinos de esperanza. Junto al papa León XIV, seremos confirmados en la alegría del Evangelio y del seguimiento de Jesús.
Sí, las bicicletas son para el verano, los bañadores para la piscina y la playa, las botas para la montaña y el Evangelio para el corazón de todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo, niños y jóvenes, adultos y ancianos, en otoño y en invierno, en primavera y en VERANO. ¡Mojémonos de Evangelio durante este verano!
Juan José Calles, párroco de Cristo Rey
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