CATÓLICOS EN SALAMANCA – Vidal González Arenal protagoniza una exposición en el Palacio Episcopal por el centenario de su fallecimiento

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La Diócesis de Salamanca homenajea al pintor de Vitigudino con una muestra que reúne 34 obras y que, hasta el 30 de noviembre, acerca al público su legado artístico, espiritual y su compromiso con la cultura salmantina

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La Sala Núñez Solé del Palacio Episcopal de Salamanca acoge hasta el 30 de noviembre una exposición temporal dedicada a la figura del pintor salmantino Vidal González Arenal (Vitigudino, 1829 – Madrid, 1925), con motivo del centenario de su fallecimiento. La muestra, organizada por el Servicio de Patrimonio Artístico de la Diócesis de Salamanca, ha sido inaugurada este viernes, 20 de junio en un acto que ha contado con la participación del obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana; de Marta García, familiar del artista; y del director del Servicio diocesano de Patrimonio Artístico, Tomás Gil.

Marta García Cienfuegos durante la inauguración de la muestra.

Marta García expresó su agradecimiento al equipo organizador “por haber puesto el foco en este pintor”.  Explicó que algunas de las obras expuestas han formado parte de su vida cotidiana:  “crecí con ellas”, y refiriéndose al cuadro de San Cristóbal, una de las piezas de esta exposición, señaló  “que de pequeña me daba mucho miedo” y, ahora, gracias a esta exposición, ha podido descubrir su obra “no solo desde la perspectiva artística, sino cultural y religiosa”. Y agradeció, de forma especial, el esfuerzo de la etnógrafa, Rosa Lorenzo,  y del director del Servicio diocesano de Patrimonio Artístico, Tomás Gil, quienes han impulsado este proyecto.

Un reconocimiento a su legado

El comisario de la exposición, el sacerdote Tomás Gil,  destacó que aunque a Vidal González le han dedicado otras exposiciones en la ciudad, “esta intenta mostrar el acercamiento de la gente de Salamanca y el aprecio por la obra de este pintor salmantino“. Una muestra que va a “lo esencial de su obra” y con la que se pretende que haya “un reconocimiento en estos 100 años de su fallecimiento”.  Este responsable señala que “además de ser un grandísimo pintor de primer orden”, también sembró una huella en el desarrollo de artistas locales que vinieron después a lo largo del siglo XX , “él a lo mejor ni siquiera sabía que lo estaba haciendo”, recalcó.

El sacerdote Tomás Gil es el comisario de la exposición homenaje a Vidal González Arenal

La exposición reúne una selección de 34 obras, centradas principalmente en piezas de pequeño y mediano formato, “que nos aproximan a la trayectoria artística de este pintor salmantino que nació en Vitigudino”, explica este responsable.

En ella, se exhiben obras procedentes tanto de los fondos de la Diócesis de Salamanca como de la colección familiar del artista en Madrid, incluyendo “bocetos pictóricos o dibujísticos” originales de algunas de sus creaciones más conocidas.  La exposición está articulada cronológicamente, comenzando con su partida de bautismo, que también se expone, “aspectos de su vida, los orígenes del campo charro”, y continúa con obras religiosas, escenas y retratos sobre la gente y sus costumbres.  Se incluyen también dos bocetos originales del retablo de la iglesia de San Nicolás de Bari, de su pueblo natal, Vitigudino.

 

Un pintor de la concordia

A lo largo de su vida, Vidal González desarrolló su carrera en un contexto de importantes tensiones sociales, políticas y económicas que se vivían en nuestro país.  Aun así, supo labrarse un camino artístico”. Estudió en la Escuela de Arte San Eloy de Salamanca,  después estuvo en Madrid, en la Escuelas de Artes, también fue becado por la Diputación de Salamanca y durante varios años continuó formándose en Roma, donde adquirió “una formación academicista correcta, perfecta”, como la califica Tomás Gil. La influencia de las vanguardias europeas, “especialmente el impresionismo” que conoció en sus viajes a París, también se hace patente en su obra:  “se nota en su manera de pintar, en los trazos que da con la pintura”.

El comisario resalta la dimensión espiritual de este artista “introvertido y con una vida interior profunda, muy servicial y entregado”, del que considera que tenía “una base cristiana”, que le hizo “darse a los suyos y es es lo que nos ha dado riqueza a nosotros”.  Define a Vidal González como “un pintor de concordia” alguien que puso su arte “no al servicio de una ideología, sino de la concordia”, y desde ahí “retrató el alma del pueblo y lo profundo del pueblo, mucho más allá de lo meramente folklórico o tradicional”.

Al servicio del arte y del pueblo

El sacerdote Juan Andrés Martín junto al retrato del obispo P. Cámara que pintó Vidal G. Arenal

En esa misma línea, recordó cómo el artista se implicó en el proyecto de renovación social inspirado por el obispo de Salamanca, P.  Tomás Jenaro de Cámara, y la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, que planteaba cuestiones tan actuales como “¿qué es más importante, el trabajo o el capital? ¿lo privado o el bien común?”. Para Tomás  Gil, su decisión de volver a Salamanca, dejando atrás su proyección artística, fue una clara apuesta por el compromiso y por el bien de su tierra.

“El P. Cámara quiso hacer una regeneración de Salamanca (cultural y socialmente) devolviéndola  a su época de esplendor del pasado”, explica el director del Servicio diocesano de Patrimonio, “y le reclamó para que trabajase en el Círculo Católico Obrero”.  Donde se puso a impartir clases de pintura para todas las clases sociales de la ciudad: “Desde las señoritas, las clases de estudiantes, mujeres de los obreros y hasta los mismos obreros”, que acudían al finalizar su jornada para aprender a pintar. “Era precioso lo que hizo, y hay que reconocerle y agradecerle todo lo que hizo por eso”.

Esta vocación de servicio marcó su legado, como recuerda  el director del Servicio de Patrimonio: “Quería favorecer a la gente de Salamanca para que descubrieran el amor por la pintura, el amor por el arte y por la belleza” y, de esta forma devolverle todo lo que recibió de ella: “que fue becado, porque no disponía medios, provenía de una familia humilde,…”. Y, de esta manera, se volcó, compartiendo también sus conocimientos con otros pintores que pasaron por San Eloy, como González Ubierna.

Durante su intervención, Tomás Gil expresó su agradecimiento al equipo que ha trabajado en la preparación de esta exposición, a Carmen Borrego, Charo Alonso, Javier Blázquez, Juan Andrés Martín y, especialmente, a Rosa María Lorenzo: “la que más proyección ha dado” a la figura del pintor, “desde su aspecto tradicional y de ir a las raíces”.

Encuentro de Fe y Arte en Vitigudino

Para terminar, este responsable anunció la edición de un catálogo de la exposición y un Encuentro de Fe y Arte, que tendrá lugar el domingo, 29 de junio, a las 19:00 horas en la parroquia de Vitigudino, donde explicarán el retablo de Vidal G. Arenal. A ello se suma una segunda propuesta del 12 de julio al 7 de septiembre, en la misma parroquia, donde se podrán contemplar otras tres obras suyas: una copia de un San Sebastián de Guido Reni, una Santa Rita de Casia y la Virgen entregando a San Agustín el cinturón, que pertenecen al convento de las Madres Agustinas de Vitigudino.

 

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