CATÓLICOS EN VALENCIA – “Es un día para soñar cómo nos gustaría que fuera nuestra Iglesia”

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FOTOS «V. Gutiérrez» / Delegación Medios Arzobispado

En la solemnidad de la dedicació de la Santa Iglesia Catedral a la Asunción de María, el Arzobispo enunció mensajes que invitan a reflexionar sobre el presente y el futuro de la comunidad cristiana en Valencia. Mons. Benavent destacó de esta conmemoración que “hoy no es solo un día para recordar, es un día para soñar, para que los cristianos de nuestra diócesis nos planteemos cómo nos gustaría que fuera nuestra Iglesia”, y apeló a la unidad “en la que todos los carismas contribuimos a su edificación y no a su disgregación”, y añadió que “Dios que quiere continuar caminando en medio de la historia de la Humanidad, en medio también de la historia de nuestro pueblo valenciano, si olvidamos a Dios, seguramente acabemos dividiéndonos entre nosotros”.

“El 9 d’octubre es un día de fiesta para nuestra Archidiócesis de Valencia. Un día que recordamos un hecho que supuso el renacimiento de nuestra comunidad cristiana. Por eso nos reunimos en la Iglesia Catedral para dar gracias a Dios por todos sus favores que desde este templo hace llegar a su pueblo. Esta Catedral, en toda su belleza, es un signo que habla de la majestad de Dios, de un Dios que es inabarcable pero también nos habla de un Dios que está cerca de dos pueblo. El Dios en el que los cristianos creemos es a la vez que es santo en su majestad pero que quiere vivir en medio de su humanidad. El templo es el lugar de su presencia, que en la historia de la Salvación, va de menos a más: de momentos puntuales a una presencia permanente, de momentos en que Dios se manifiesta a su pueblo, en un lugar donde quiere habitar y vivir, el lugar donde escucha las oraciones de su pueblo, desde donde derrama su bendición.

Por eso nuestra Iglesia Catedral ha de ser para toda la ciudad un lugar donde aquellos que entren deben descubrir la grandeza de Dios, y al mismo tiempo, lleguen a sentir que no le lleva a ser un Dios de juicio, sino un Dios de Gracia. Un lugar de adoración de presencia de Dios y donde lo podemos adorar en espíritu y en verdad, dándole gracias.

La Catedral es también el lugar de la presencia de Cristo, la presencia de Dios no se acaba en el templo material sino que Jesucristo es el auténtico templo, el verdadero templo de Dios, la presencia de Dios en medio de la humanidad. Jesucristo es el Señor, el que se hace presente en esta Catedral. Por eso es el lugar de la proclamación de su Palabra, de la celebración de su memorial el lugar donde Jesus se hace visible en medio del mundo, donde los cristianos recibiendo la gracia de los sacramentos y escuchando la palabra del Señor, nos vamos configurando a su imagen. Jesús nos invita en el Evangelio a venerarlo a Él como el templo de la presencia de Dios, y hacer de nuestra vida, un culto autentico y verdadero al Señor. Un culto espiritual que es un culto que se hace vida y una vida que se convierte en una alabanza a Dios.

La Catedral es también también el signo de lo que es la Iglesia. La comunidad cristiana es el autentico templo espiritual. Una comunidad cristiana que va edificándose como un templo que se consagra a Dios. Los textos litúrgicos de la dedicación de la Iglesia, insisten en tres características que tiene que tener el templo -y la Iglesia como templo espiritual-: ha de ser un templo sólido, que manifiesta la comunión en la caridad que debe haber dentro de la Iglesia. Un templo enriquecido en muchos elementos, signo de la variedad de carismas que, cuando están bien integrados, todos contribuyen a la edificación del Pueblo de Dios. Y la belleza del templo, que es el signo de su santidad, la belleza y las piedras preciosas que dan belleza, son lo santos.

Por eso hoy no es solo un día para recordar, es un día para soñar. Para que los cristianos de nuestra diócesis nos planteemos cómo nos gustaría que fuera nuestra Iglesia, por qué Iglesia hemos de luchar, por qué Iglesia hemos trabajar. Una Iglesia que hable de Dios al mundo, que anuncie a Jesucristo, que esté unida por la comunión en la caridad, en la que todos los carismas contribuimos a su edificación y no a su disgregación. Una Iglesia en la que los cristianos vivimos en el deseo de ser santos, porque la gran riqueza del templo espiritual, que es el pueblo de Dios, son los santos.

Que el testimonio de los cristianos en medio del mundo hagamos visible a ese Dios que quiere continuar caminando en medio de la historia de la Humanidad, en medio también de la historia de nuestro pueblo valenciano, que hoy celebra también el aniversario de su nacimiento.

Que el testimonio de los cristianos diga a todos que, si olvidamos a Dios, seguramente acabemos dividiéndonos entre nosotros, en el fondo, una Iglesia deja de ser su Pueblo, pero que si la humanidad se aleja de Dios, también la humanidad deja de ser familia de Dios.

Esta Iglesia fue dedicada a Santa María. Que Ella que camina también como miembro de la Iglesia en compañía de su pueblo, que Ella que con su presencia evangeliza a la humanidad, haga de todos una misma familia de hermanos.

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