Tino y Paquita. O lo que es lo mismo, Faustino Dionisio García y Paquita García. Son el matrimonio que la Delegación Episcopal de Familia y Vida ha puesto durante toda esta semana en «busca y captura» por «flagrante testimonio de fidelidad, compromiso y amor para siempre» y del que hoy, finalmente, se desvela su identidad.
La iniciativa surgía para dar a conocer la «Semana del Matrimonio», idea originaria de la Conferencia Episcopal (matrimonioesmas.org), desde hace algunos años, en torno al día de San Valentín. En esta ocasión, el Delegado episcopal de Familia y Vida, José Luis Pascual, pensó en «cómo llegar a la gente a través de las redes sociales de una forma sencilla, pero a la vez atractiva y que enganche». «Es –afirma– un pequeño juego, una forma de engancharnos todos y de crear cierto interés. Aunque es verdad que la cosa es mucho más seria. Hay un mensaje importante de fondo y es que el matrimonio para siempre es una bendición, una gracia y una ayuda para el ser humano». La Semana del Matrimonio se creó para «mostrar la belleza y la grandeza del matrimonio», tal y como se explica desde la Conferencia Episcopal Española. Y es que «hay que poner en su lugar al matrimonio, darle el valor que tiene, porque es fundamental en la sociedad –explica José Luis Pascual–. Es un espacio donde se crea una familia, se acoge a los que vienen, a las nuevas generaciones. El matrimonio es pura ecología, ahora que se habla tanto de lo ecológico, lo verde, pues matrimonio ahí está, es como la naturaleza: hay un polo positivo y un polo negativo y cuando se unen tenemos luz, una energía que fluye y que nos ayuda en la vida, pues así también es el matrimonio».
Primer cartel que se distribuyó en la Semana del Matrimonio
La idea, en este caso, era salir un poco más allá de nuestras fronteras y llegar a las personas más alejadas. Por eso se utilizó el canal de las Redes Sociales de la diócesis (Facebook e Instagram), y cada día se fueron aportando pistas que ayudaran a ir conociendo un poco más a este matrimonio, casado en 1965 en Covadonga, con cuatro hijos, y grandes colaboradores durante mucho tiempo de la parroquia de San Melchor, en Oviedo. Él como voluntario de Cáritas y ella, como catequista.
Con casi sesenta años de casados a sus espaldas, Faustino reconoce que viven estos tiempos «tratando de endulzar cada día, porque el matrimonio tiene sus problemas que hay que vencer día a día con cariño, con comprensión y con mucha fe». Paquita, por su parte, está convencida de que «envejecer juntos es muy guapo. Con los años crece el cariño, la comprensión, el amor se hace más consistentes y cada día lo vivimos con más amor y ternura».
Las dificultades no han estado ausentes. Sesenta años dan para mucho y también ellos han tenido que ir aprendiendo a sortearlas. Paquita considera que lo han conseguido con «comprensión y cariño». «Yo diría que, principalmente, comprender a la otra persona es muy importante para mantenerse unidos. Saber por qué la otra persona actúa de cierta manera, comprenderlo y sobre todo también buscar apoyo si tienes dificultades que te sobrepasan. Siempre hay personas que te pueden ayudar. Y desde luego, ir al Sagrario. Buscar ratos de silencio y de oración ante el Sagrario te iluminan y te dan paz. Mi experiencia ha sido así, en la oración he encontrado salida a muchas situaciones». «Si los primeros años te mantuviste con fe y esperanza, llegas a un momento en que la tarea te parece fácil –señala Faustino–. Y no lo es en realidad, porque no somos perfectos, pero tenemos esa fe arraigada en nosotros y por tanto es el día de hoy que todavía la luz está prendida».
La parroquia de San Melchor jugó también una importante labor a lo largo de los años en su matrimonio y en su familia. Allí «había una vida muy fraterna, nos sentíamos todos en familia y nos ayudaba mucho», reconoce Paquita. «Íbamos los dos juntos, unidos, con comprensión, tolerancia y con mucha fe», explica Tino, que considera que los grupos de la parroquia les aportaban «alegría y una riqueza especial».
A los novios que se van a casar, y los matrimonios recién casados, les aconsejan «que agoten todas las opciones antes de romper el matrimonio, porque es muy dolorosa la ruptura. Buscar ayuda, pues a veces uno solo ve una parte del problema, la parte más dolorosa, pero puede haber alguien que te ayude a mirar más lejos y a encontrar motivos para superar aquello», afirma Paquita. Y de nuevo, «el Sagrario, la oración, según mi experiencia».
Al finalizar la conversación, Tino menciona, en un tono más bajito: «así vamos por la vida, preocupándonos el uno por el otro». Y eso destilan. Una auténtica unidad. «Solo uno», quizá con sus diferencias y estilos propios. Pero «uno solo».
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