Si toda la vida es un camino, con sus búsquedas y encrucijadas, la juventud es el tiempo por excelencia para dar una orientación a la existencia. Y por ello, desde la acción pastoral, estamos llamados a abrir espacios de discernimiento para los jóvenes, en el que puedan ponerse ante Dios, y decirle: “Señor, ¿qué quieres de mí?”. Así lo subrayó el aún cercano proceso sinodal sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, en torno al año 2018, desde su mismo título. Y así lo ratifica el reciente “Proyecto Marco de Pastoral con Jóvenes: ¡Poneos en camino! (Lc 10, 3)”, publicado por la Conferencia Episcopal Española tras un amplio proceso participativo, que titula uno de sus capítulos así: “Llamados a la misión: vocación y discernimiento”.
Acogiendo esa llamada de nuestra Iglesia en nuestro tiempo, el pasado fin de semana del 21 al 23 de noviembre de 2025, se vivió en Madrid una “convivencia de discernimiento”. Un espacio para jovenes que quieran preguntar al Señor por su voluntad para sus vidas. El encuentro se llamó “DI QUE SÍ | solo apto para soñadores”. Y fue coordinado y celebrado en una casa de las Hijas del Corazón de María (Filiación Cordimariana), con la presencia de las otras ramas consagradas de la Familia Claretiana que hay en nuestra zona, junto con algunos laicos.
En esta convivencia participaron varios jóvenes vinculados a presencias claretianas de las Provincias de Fátima y de Santiago. Hubo tiempo para el encuentro, el silencio, la oración desde la Palabra, el diálogo personal, los testimonios, la adoración, la elección de medios para continuar, la eucaristía… Todo en convivencia fraterna y con una estética cuidada en los distintos momentos del fin de semana.
Ojalá podamos seguir invitando a jóvenes a este encuentro, que tiene prevista una segunda edición para mediados de marzo. Y creando otros espacios de discernimiento vocacional para jóvenes, a nivel local y provincial, desde nuestras posiciones o unidos a otros, en el que más jóvenes puedan iniciar o continuar su búsqueda del querer de Dios. Y que de ahí puedan ir surgiendo las nuevas vocaciones a todas las formas de vida que la Iglesia y el mundo necesita en nuestro tiempo y en nuestro contexto, también para nuestra Familia Claretiana. Contamos con la oración de todos y con el compromiso de quienes caminan con los más jóvenes.