CATÓLICOS EN MADRID – PontifexJavier Pereda Pereda

Comparte

Hace una semana que se eligió al Papa León XIV, pero parece como si llevara desde toda la vida. En la cuarta votación obtuvo más de cien votos, según el cardenal de Madagascar, Tsarahazana, lo que muestra claro consenso.

El Papa Francisco se fijó en él hace diez años y le ordenó obispo de Chiclayo; hace dos le creó cardenal y le nombró prefecto para el Dicasterio de los obispos. Su perfil misionero en Perú, y los cargos de dirección a nivel central en su orden agustiniana, le han forjado para esta importante misión.

Quienes le conocen coinciden en señalar su espiritualidad, equilibrio, buena formación, sencillez, cercanía, rigor y dotes de gobierno. Por sus obras se le conocerá, pero todo apunta a que los cardenales no han puesto excesivas trabas a la intervención del Espíritu Santo. En cuanto Dominique Mamberti proclamó su nombre desde la Logia de la Bendición, pensamos en su antecesor León XIII, Gioachino Pecci (1810-1903), conocido por la encíclica social “Rerum Novarum”.

Pero, sobre todo, llamó la atención su mensaje en el que sitúa a Cristo en el centro de su pontificado. Clara indicación a “oler a Cristo”: “Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de Él como el puente que le permite ser alcanzada por Dios y por su amor”. Estos gestos representan toda una declaración de intenciones del “Pontifex”, que significa constructor de puentes.

El “pontifex” máximo por excelencia es Jesucristo, mediador entre Dios y los hombres. Pero a su vicario en la tierra, también le corresponde servir de unión entre Dios y la humanidad, y ayudar a tender puentes en una sociedad polarizada, desunida, fracturada por las guerras.

En el siglo IV del cristianismo surgió el primer Papa León, el Magno (390-461), quien defendió a Roma del caudillo de los hunos, Atila, en el campo de Ambuleyo, en la región de Véneto. Su mediación consiguió la paz con los bárbaros, que no destruyeron la Ciudad eterna.

El obispo de Roma desempeñó entonces, como procede ahora, un papel destacado en determinadas cuestiones civiles y políticas. Además, lideró el Concilio de Calcedonia (451) contra la herejía de Eutiques, que negaba la naturaleza humana del Hijo de Dios. Según Benedicto XVI, Calcedonia representa la meta segura de la cristología de los concilios ecuménicos anteriores: Nicea (325), Constantinopla (381) y Éfeso (431).

Se hizo célebre entonces la frase: “Pedro ha hablado por boca de León”. Si León I el Magno defendió la naturaleza humana de Cristo, a León XIV le toca defender la naturaleza divina. Así lo expresó en la Capilla Sixtina: “Jesús es reducido a una especie de líder carismático entre no creyentes, y así es admitido también entre algunos bautizados; de este modo terminan viviendo un ateísmo de hecho”.

En el dibujo cedido a este periódico por la creativa Tina Walls, autora de “Los nombres de la Virgen” (Ed. San Román), nos muestra a la “Mater Ecclesiae”, con el rosario en la mano. Ella protege a León XIV, quien recogido en oración recibe la inspiración del Espíritu Santo, acompañado por ángeles que le ayudan a sostener la Cruz.

La simbología del león en la Biblia significa autoridad, valor en el conflicto, vigilancia divina. Es una figura del Mesías que se menciona en el libro del Apocalipsis, el “León de la tribu de Judá”. Es la voz de Dios que ruge anunciando la victoria de Cristo sobre el pecado, porque el mal no prevalecerá.

A san Marcos se le asocia con un león, porque comienza su evangelio con san Juan Bautista clamando en el desierto, con un rugido que despierta a los que están dormidos. El Papa, sucesor de Pedro, está llamado a custodiar la fe y a proteger las ovejas de los lobos. A defender la verdad en tiempos de confusión.

En momentos de agitación espiritual y social, el león evoca la unión de una Iglesia vigilante, firme y con autoridad, que no teme rugir con la voz del Evangelio, la Tradición y el Magisterio.

San Agustín, obispo de Hipona, tras su conversión por intercesión de su madre santa Mónica, nos sugiere con Pedro por boca de León XIV: “En lo esencial, unidad; en lo opinable, libertad; en todo, caridad”. “Nos hiciste para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.

La entrada Pontifex<br/><span class=”autorcontitulo”>Javier Pereda Pereda</span> se publicó primero en Jóvenes Católicos.

————————————————————————————————————————————————————————————

El anterior contenido fue publicado en:

Leer más