La iniciativa se llevará a cabo este domingo, 5 de octubre, en Madrid, y cuenta con el respaldo del Departamento de Ecología Integral de la CEE, que denuncia un modelo económico depredador y reclama políticas valientes para el mundo rural
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española ha expresado su apoyo a la marcha «Salvemos el mundo rural agredido», que tendrá lugar este domingo, 5 de octubre, en Madrid. La convocatoria, promovida por más de 400 colectivos, dará inicio a las 12:00 horas en la Plaza de Carlos V (Atocha) y culminará en la Plaza de Cibeles, donde se leerá un manifiesto en defensa de la vida en los pueblos.
En un comunicado difundido el pasado 19 de septiembre, el Departamento de de Ecología Integral subraya que esta adhesión no responde únicamente a la denuncia de los múltiples problemas que atraviesa el mundo rural español, como la despoblación, la falta de empleo o la carencia de servicios básicos como educación, transporte o sanidad, sino “para señalar la raíz común que los origina: un modelo de desarrollo económico que ha resultado ser depredador y que es urgente y necesario transformar para que realmente sirva a las necesidades de las personas”.
El texto hace referencia a las palabras del papa Francisco en la encíclica Laudato Si’, cuando advierte de las “falsas soluciones” que bajo apariencia ecológica, evitan decisiones valientes y perpetúan el mismo sistema de producción y consumo, y reclama una auténtica conversión ecológica integral que una el cuidado del ambiente con el desarrollo humano. “Nuestro apoyo a la marcha es mucho más que una queja. Es una exigencia de una conversión ecológica integral, que une el desarrollo humano con el cuidado del ambiente, en un sistema económico que prive al interés público y la satisfacción de las necesidades de todos sobre los beneficios de algunos”, añade el comunicado.
De manera concreta, el Departamento de Ecología Integral reclama a los gobernantes que “abandonen el cortoplacismo y las soluciones aparentes”, y que impulsen “políticas valientes que protejan el sector primario sostenible, que inviertan en servicios públicos dignos para el mundo rural, que frenen la especulación y que “pongan la vida y el bien común por encima del beneficio de las grandes corporaciones”.
El comunicado concluye recordando que apoyar esta marcha “es apostar por un futuro donde nuestros pueblos y nuestros paisajes sean respetados, cuidados y estén llenos de vida”.
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