CATÓLICOS EN SALAMANCA – Migrantes, misioneros de esperanza

Comparte

En su comentario para el domingo XXVII del Tiempo Ordinario, Belén Santamaría, centra su mirada en la Jornada del Migrante y del Refugiado, poniendo en el centro a quienes llegan hasta nosotros y se convierten en testigos vivos de esperanza. Y recuerda que la hospitalidad y la acogida son un signo vivo del Evangelio

 

Este domingo, 5 de octubre, celebramos con toda la Iglesia la Jornada del migrante y del refugiado, que en esta ocasión tiene por título “Migrantes, misioneros de esperanza”.

Puede que este eslogan sorprenda a muchos, envueltos como estamos en una batalla de nuestros políticos más señalados, por los votos, utilizando como munición a las personas migrantes y sus derechos y su dignidad. Llueven propuestas, a cada cual más disparatada sobre la manera de solucionar el “problema de las migraciones”.

Y en medio de esta utilización de las personas, porque son personas, desde la Iglesia salimos con esta descripción de los migrantes como misioneros de esperanza.

Quienes hayáis tenido la oportunidad de escuchar la historia de cualquiera de las personas que llegan a nuestro país después de una dura decisión, un doloroso abandono, una travesía escalofriante y una llegada muy decepcionante, podréis confirmar que es cierto, la mayoría de ellos son auténticos abanderados de la esperanza. Esto es lo que les hace arriesgarse para buscar un futuro mejor, porque creen que es posible y confían en que van a ser capaces de lograrlo. Y para muchos de ellos, la fe es lo que sustenta esta esperanza, con mayúsculas. La confianza en que Dios no les abandonará y que les acompaña en todos sus desvelos.

Como dice en papa León en su mensaje para este día: “En un mundo oscurecido por guerras e injusticias, incluso donde todo parece perdido, los migrantes y refugiados se erigen como mensajeros de esperanza. Su coraje y tenacidad son un testimonio heroico de una fe que ve más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y que les da la fuerza para desafiar a la muerte en las diferentes rutas migratorias contemporáneas”.

A nosotros, como comunidad de acogida, se nos pide un espíritu de valentía, de fortaleza, de amor y de templanza, para ser testimonio vivo de Jesús y de su Evangelio, para ser también un testimonio vivo de esperanza. Esperanza entendida como promesa de un presente y un futuro en el que se reconozca la dignidad de todos como hijos de Dios, como hermanos y hermanas, parte de una familia en la que puedan expresar sus talentos y participar plenamente en la vida comunitaria. Sin olvidarnos de practicar la hospitalidad; porque gracias a ella, como nos dice la carta a los Hebreos “algunos, sin saberlo, acogieron ángeles»

No sé si un día saldremos, también como creyentes, a defender públicamente los derechos de los pobres; pero cada domingo en la Eucaristía participamos de una comunión real con Cristo y con los pobres de la tierra.

Belén Santamaría, laica, miembro de la CVX y trabajadora en Cáritas diocesana

La entrada Migrantes, misioneros de esperanza se publicó primero en Diócesis de Salamanca.

————————————————————————————————————————————————————————————

El anterior contenido fue publicado en:

Leer más