El obispo de Salamanca presidió el Via Lucis que se celebró el pasado 25 de mayo frente al Hospital Clínico de Salamanca, en el contexto de la Pascua del Enfermo y del Jubileo de la Esperanza convocado por el papa Francisco. Más de 200 personas participaron en este gesto de cercanía de la Iglesia de Salamanca con quienes sufren el dolor o la fragilidad, y con quienes los acompañan cada día
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
“Los enfermos estáis en el corazón de todos nosotros. Nos enseñáis a vivir con profundidad y esperanza”. Con estas palabras, el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, dio comienzo al Vía Lucis de la Esperanza el pasado domingo, 25 de mayo, frente al Hospital Clínico Universitario, junto a las imágenes de Jesús Resucitado, de la Cofradía de la Vera Cruz y de la Virgen del Consuelo del hospital. Más de 200 personas se reunieron allí para expresar la cercanía de la Iglesia hacia quienes sufren la enfermedad, el dolor o la fragilidad. El gesto cobró aún más sentido al ser seguido desde las ventanas del hospital por algunos enfermos y profesionales sanitarios.
Oración en la capilla del hospital
Con esta oración finalizaba toda una semana de oración en la capilla del hospital con motivo del Jubileo diocesano de los Enfermos y Ancianos. Cada día, distintos grupos de la diócesis (Pastoral de la Salud de Cristo Rey, las delegaciones diocesanas de Familia y Vida, Apostolado Seglar, Pastoral Juvenil y Universitaria, la Hospitalidad de Lourdes y CONFER), se turnaron para rezar ante la imagen el Resucitado, que por primera vez visitaba este espacio hospitalario.
Pascua del enfermo
La oración del Via Lucis coincidió con el VI Domingo de Pascua, jornada en la que la Iglesia celebra la Pascua del Enfermo, y se enmarcó dentro del Jubileo de la Esperanza, convocado por el papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de esperanza”. Religiosos, laicos, personal sanitario, capellanes, voluntarios y familias participaron en este gesto diocesano concebido como signo de consuelo y esperanza “para estar junto a quienes peor lo están pasando: los enfermos, sus familias, los que los cuidan”, como expresó la religiosa Mercedes Bayo, ss.cc, del Servicio de Asistencia Religiosa Católica del complejo hospitalario (SARC) en el saludo de bienvenida. “Estamos aquí como peregrinos, sabiendo que la esperanza no es una idea, sino una presencia que nos habita”, manifestó.
Precisamente, el papa Francisco recordó el pasado mes de abril, durante el Jubileo de los Enfermos celebrado en Roma, que “la enfermedad es una de las pruebas más difíciles y duras de la vida”, pero también afirmó con firmeza que “Dios no nos deja solos”, y que su presencia se hace cercana a través del consuelo, la escucha y el amor compartido. En esa misma línea, este Vía Lucis quiso reflejar ese mensaje y sumarse al deseo del papa de “cultivar la esperanza que Dios ha derramado”.
Un gesto visible de esperanza
El Via Lucis, estructurado en siete estaciones centradas en las apariciones del Resucitado, fue acompañado con cantos pascuales interpretados por el Coro de la parroquia de Villares de la Reina, fue presidido por el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana. Al comenzar, hizo referencia al carácter especial de esta Pascua del Enfermo al celebrarse dentro del Jubileo 2025: “Este año el Señor nos invita a tener gestos de cercanía con los enfermos y mayores. El Resucitado y su madre, María, nos acompañan en esta Via Lucis y en la vida misma, con sus oscuridades y sufrimientos”.
Siete estaciones
Cada estación del Via Lucis fue guiada por diferentes movimientos y asociaciones laicales, que ofrecieron una breve reflexión tras la proclamación del Evangelio, seguida de una oración común y el rezo del Padrenuestro, como expresión de fe compartida y súplica esperanzada por los enfermos, sus cuidadores y sanitarios.
Así, en la primera estación: “El sepulcro vacío muestra que Jesús ha vencido la muerte”, el doctor Ignacio García Pascual, del Servicio de Obstetricia del hospital, destacó que “la base de nuestra fe está en un Cristo muerto, pero también resucitado. Si no ha resucitado, vana es nuestra fe”. A partir de la experiencia del escritor Javier Cercas y su encuentro con el papa Francisco, recordó que “la resurrección comienza aquí, entre nosotros, incluso en la enfermedad”. Y tras su intervención, todos los participantes elevaban una oración pidiendo al Señor valor para vivir como discípulos suyos, superando el miedo y la duda.
El comentario a la segunda estación: “Jesús elige a María Magdalena como apóstol de los apóstoles” fue compartido por el grupo de Pastoral de la Salud de Santa Marta de Tormes, que resaltó el valor del testimonio de María Magdalena quien se convirtió “en la primera anunciadora de la Resurrección”. Y recordaron que “Jesús confía su mensaje a corazones abiertos”, y que todo encuentro con el Resucitado “nos impulsa a salir a anunciar, a vivir como testigos de la luz”. Acto seguido se rezó por las mujeres a quienes Jesús ha elegido como discípulas: “las madres y las abuelas, las catequistas y las maestras, las que cuidan a ancianos y enfermos, las que sirven a los pobres”.
La Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER) fue la encargada de guiar la tercera estación, “Jesús devuelve la esperanza a dos discípulos desanimados”, a través del testimonio de su presidenta, Julia Prada, quien ofreció una reflexión desde la fragilidad.
En Jesús vuelve la Esperanza
Prada recordó que, al igual que los discípulos de Emaús, “muchas veces (los discapacitados) volvemos a casa desilusionados y tristes, con sueños rotos y el cansancio de tanto luchar por integrarnos”.
“Pero Jesús, que siempre está pendiente de todos nosotros, sale a nuestro encuentro, nos rescata y todo cambia”, dijo emocionada. “En Él ya vuelve la esperanza. Somos capaces de confiar en todo, en la gente que nos acompañáis, en la gente que nos ayudáis, somos capaces porque Él nos da esa fuerza que no tenemos, incluso en nuestra indefensión”.
Julia recordó que a pesar de sus dificultades también son testigos: “queremos ayudar también a nuestra manera, porque Él sabe, nos ha creado también a nosotros y todos formamos parte de su divina creación”. Después, todos pidieron al Señor que, como a los discípulos de Emaús, el Señor salga al encuentro de los que “no tienen fuerza para afrontar las dificultades o enfermedades”.
La cuarta estación “Jesús alienta al discípulo, Tomás, que desconfía y duda” fue comentada por el movimiento Vida Ascendente, integrado por mayores y jubilados. Su presidenta, María Victoria Barrios, recordó que Jesús no se aparta de quienes dudan, sino que se acerca con ternura y comprensión: “Jesús nos dice: si no estás en paz, toca mis llagas”. Y en nombre de todos pidió al Señor el regalo de su Espíritu para ser servidores fieles que anunciemos por el mundo “la alegría de tu resurrección”. Tras la reflexión, se oró por quienes atraviesan momentos de incertidumbre y dificultad en la fe, pidiendo al Señor que disipe sus dudas y renueve su confianza.
La Congregación de la Santísima Trinidad compartió, en la quinta estación “Jesús anuncia que seguirá siempre con nosotros”, su reflexión sobre esa promesa del Resucitado antes de su Ascensión a los cielos. Señalaron que su presencia no falla, y que nos acompaña en todo momento: “en el trabajo, en el descanso, en la familia, en el trato con nuestras amistades, en los momentos agradables o en las dificultades” y, especialmente, “en la enfermedad, el dolor, la debilidad, el sufrimiento que ponen a prueba nuestro ánimo, nuestra esperanza”. Una compañía que se manifiesta a través de “familiares y amigos, el personal sanitario, médicos y cuidadores”, que nos sostienen y alientan. Tras la meditación, se oró para que la Iglesia sea testigo fiel de ese amor.
La sexta estación, “Jesús asciende al Padre para abrirnos caminos”, fue comentada por una participante de la Casa Samuel, hogar de Cáritas para enfermos en exclusión social, que explicó que la Ascensión de Jesús no es un abandono, sino una puerta abierta: “Nos invita a dejar de mirar al cielo y descubrir en lo cotidiano la presencia de Dios”.
También explicó que estamos llamados a “compartir la alegría de la Resurrección” y ser “constructores de esperanza,” especialmente con quienes viven la enfermedad en soledad. Después de la meditación, se rezó para que “seamos fuente de unidad y de concordia, de acogida y de hospitalidad, de caridad y de amor”.
Y, finalmente, los cofrades de la Vera Cruz y hermanos de carga del Resucitado que presidía esta oración, ofrecieron el comentario de la séptima y última estación, “Jesús envía su espíritu a los suyos para que sean sus testigos”. Recordaron que en Pentecostés, la Pascua se consuma con el don del Espíritu Santo, que “nos prepara, nos recuerda la palabra de Jesús y nos abre la mente para entender su muerte y resurrección. Solo así podemos ser testigos del Resucitado y de su Evangelio de vida y salvación”.
También destacaron que uno de los signos del Espíritu es la unción, y recordaron el valor del sacramento de la Unción de enfermos como fuente “de consuelo, fortaleza y paz en la enfermedad o la fragilidad de la vejez”. La oración final pidió ser testigos fieles del Evangelio de la vida, incluso en medio del dolor, unidos “a la Cruz gloriosa de Cristo, junto a la que permanece su madre, Inmaculada salud de los enfermos”.
Esperanza que se recibe y se comparte
El Via Lucis concluyó con la bendición del obispo, quien recordó de manera especial “a quienes tienen motivos para desesperar”. Mons. José Luis Retana señaló que “no podemos darnos la esperanza por nosotros mismos. Es como un niño que tiene miedo por la noche: solo se calma cuando su madre lo abraza. A nosotros nos abraza el Señor Resucitado”.
Con un envío a la misión, invitó a “comunicar a todos los que nos rodean que la muerte no es el final del camino”, y elevó una oración a Dios para que nos ayude “a vivir el mandato nuevo que Cristo nos dejó, el de amarnos unos a otros, como él mismo hizo con todos”.
La entrada Mons. José Luis Retana: “Los enfermos nos enseñáis a vivir con profundidad y esperanza” se publicó primero en Diócesis de Salamanca.
————————————————————————————————————————————————————————————
El anterior contenido fue publicado en: