CATÓLICOS EN SALAMANCA – Una Iglesia que escucha, acoge y camina con los migrantes

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La delegada episcopal para una Iglesia de la caridad y samaritana, Mercedes Bayo, ss.cc, participó recientemente en la XLIV Jornada Nacional de Pastoral con Migrantes, organizada por la Subcomisión para las Migraciones y Movilidad humana. Un encuentro en el que delegados y agentes de pastoral de 45 diócesis reflexionaron y compartieron experiencias y propuestas sobre la acogida, acompañamiento e inclusión de personas migrantes

 

 

Del 28 al 30 de marzo asistí, en Madrid, a la XLIV Jornada nacional de delegados y agentes de pastoral con personas migrantes. Nos juntamos más de 100 personas de 45 diócesis españolas. El lema que nos acompañó Migrantes: signo de esperanza, fue para mí dar continuidad a lo vivido en la diócesis en una Semana de la Esperanza llena de profundidad, de apertura y retos. Estoy agradecida por la oportunidad de disfrutar de un espacio rico de convivencia, reflexión, oración e intercambio de experiencias en la pastoral con personas migrantes.

Pudimos dedicar espacio y tiempo de calidad a reflexionar sobre el sentido y la centralidad que la acogida y hospitalidad tienen en nuestra tradición cristiana. ¡Qué importante que el profesor José Manuel Aparicio Malo nos recordara que abrirse o cerrarse a la hospitalidad supone abrirse o cerrarse a la bendición, a la voluntad de Dios! Nos recordó, con textos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento y de los Santos Padres que la hospitalidad está ligada a la imagen y semejanza de Dios; es criterio para elegir a los ancianos y de los epíscopos, es decir, a los líderes, para verificar nuestra fe y, ¡qué gran responsabilidad tenemos!, porque está ligada a nuestro compromiso bautismal y es criterio evangelizador. Qué bueno que nos lanzara la pregunta: ¿cuántos amigos migrantes tienes?

Dentro de la jornada se nos ofreció aproximarnos al conocimiento del marco legal que nuestra sociedad está construyendo para establecer los criterios de acogida a las personas que llaman a nuestra puerta. Varios ponentes nos ayudaron en esta reflexión: D. Francisco García Calabrés presentó el nuevo Reglamento de Extranjería, que entrará en vigor en el mes de mayo, señalando que, aunque en algunos aspectos mejora respecto al anterior, agilizando los procesos de regularización, en otros se da un paso atrás, como por ejemplo en el hecho de no computar a las personas a las que se les deniega el asilo, el tiempo que ya llevan en el país para que puedan iniciar su proceso de regularización por la vía del arraigo.

Alberto Ares sj, nos presentó el Pacto Europeo sobre Migraciones y Asilo, pacto que no ha sido elaborado poniendo el acento en la acogida y protección de las personas migrantes, sino en el control de nuestras fronteras. Frente a esto, la Iglesia puede y debe ofrecer lo más valioso que tiene la vida en comunidad: compartir bienes y vida, dar alternativas frente a la inseguridad y la crisis de sentido colectivo. Nos invitó a rezar con el texto de los peregrinos de Emaús, para que se nos caliente el corazón y recuperemos la esperanza.

El programa incluyó una mesa de experiencias de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), donde se compartieron los proyectos de acogida, acompañamiento e inclusión a personas migrantes. Una puerta abierta a un trabajo en red y ecuménico. Es la recomendación que nos hace la exhortación pastoral Comunidades acogedoras y misioneras: «participar en el diálogo ecuménico, mediante actividades de formación y conocimiento de otras comunidades eclesiales».

Dentro del encuentro, para mí ha sido importante poder escuchar y conocer el trabajo y experiencias de evangelización en otras diócesis. El trabajo por grupos de todos los participantes nos dio oportunidad de evaluar tres de las buenas prácticas a las que nos invita la exhortación pastoral Comunidades acogedoras y misioneras:

Experiencia de trabajo en red para crecer en coordinación y misión compartida
Encuentros de formación sobre la realidad de las migraciones
Participación activa de las personas migrantes

Y no podía ser de otra manera que escuchar a los representantes de las dos diócesis Canarias nos dejara el corazón conmovido por la situación de la realidad migratoria en las islas, donde el número de personas de origen extranjero representa el 22% de la población.  Resaltaron que, en la actualidad, la comunidad tutela a unos 5.800 adolescentes llegados por vía marítima. Ante esta situación, las dos diócesis Canarias apelan al resto de las diócesis de la península a acoger a jóvenes extutelados a través del proyecto de los Corredores de Hospitalidad, con el fin de dar una acogida digna a estos jóvenes que, una vez fuera de los centros tutelados, pasan a una situación de total desamparo. Es también un gesto solidario para aliviar el peso que recae sobre ellos al no poder atenderlos por falta de recursos.

Una prueba de que estos corredores están dando su fruto es que, en los últimos meses, ya se ha hecho efectiva la acogida de 15 jóvenes en Jerez, 6 en Madrid y 2 en Zaragoza. Hay esperanza de que otras diócesis se vayan adhiriendo a este proyecto como signo de solidaridad con las diócesis canarias. Es uno de los compromisos emanados de estas jornadas. ¿Será la Diócesis de Salamanca una de ellas?

Los delegados, delegadas y agentes de pastoral con personas migrantes de las 45 diócesis presentes en esta jornada, ante el creciente aumento de la cultura del rechazo a las personas migrantes en nuestro entorno, reafirmamos nuestro compromiso de promover la cultura del encuentro, que, como dice, el papa Francisco, «es la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor».

Mercedes Bayo, ss.cc., delegada episcopal para una Iglesia de la caridad y samaritana

 

 

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